José Sebastián Cruz es un vecino de Cafayate de 25 años que con enorme esfuerzo pudo comprar un auto con el que trabaja de remisero y que se lo alquiló a un «amigo» de nombre Rubén Acuña de Salta por una semana para que este pueda realizar unos viajes con el fin de comprar mercadería para su negocio. Cumplido el plazo, se enteró que Acuña vendió el auto a un gitano que se niega a devolver el vehículo.
A pesar de todas las evidencias de la estafa y la identificación de los estafadores, en el juzgado que tramita la denuncia, un empleado le dijo “olvidate del tema, da por perdido el auto. El vehículo puede ser facilmente ubicado ya que sigue en manos del gitano comprador y lo guarda en su domicilio,por lo que el joven Cruz teme que pueda existir una red de complicidades que deje impune el caso.
Ruben Acuña es propietario de uno de los polémicos puestos del Parque San Martín.
“Yo se lo había alquilado para que él pueda realizar unos viajes a comprar mercadería para su negocio”, comentó José Sebastían Acuña a Juan Manuel «el Indio»Abdala en Cadena Máxima. El acuerdo solo fue de palabra, en el que Acuña se comprometió a utilizar el vehículo ( Citröen C4 patente HZI- 391, color gris, modelo 2.010) desde el lunes hasta el viernes, y devolverlo el fin de semana.
Preocupado porque se había cumplido el plazo y Acuña no aparecía con el auto ni le antendía el telefono Cruz decidió emprender la búsqueda en Salta Capital. Una vez en la capital de la provincia, conocidos de Cruz le advirtieron que Acuña había vendido el auto.
Cruz ,con esos datos, primero se dirigió al domicilio de Acuña, donde fue atendido por la mujer del individuo, quien le comentó que su marido no iba prácticamente por ahí porque estaban en crisis matrimonial. Cuando finalmente pudo dar con Acuña, este lo insultó y lo amenazó sin darle respuestas por la venta del auto.
Después de averiguar, Cruz llegó hasta un domicilio del Barrio Santa Victoria donde encuentra su auto en el domicilio de un gitano. Con papeles en mano, se presenta ante el dueño de casa con la intención de recuperar el vehículo. Le respondieron que el rodado se lo compraron a Rubén Acuña y lo terminan echando con amenazas.
Al día siguiente vuelve con más documentación, pero ya no estaba ni el auto ni el individuo que lo había atendido y que se jactaba de ser el nuevo propietario. Cruz radicó una denuncia en la policía, pero hasta el día de hoy no tiene ninguna respuesta de la justicia, donde un empleado del juzgado de Instrucción Formal de 8ª Nominación, donde se tramita la denuncia, le dijo “olvidate del tema, da por perdido el auto”.
Lo llamativo del caso es que a pesar de estar identificados los defraudadores, el auto ubicado en la casa del particular comprador, las investigaciones no avanzaron. A esto hay que sumarle la peculiar recomendación del empleado judicial al que Cruz identificará en el marco de las actuaciones que llevará adelante su abogado.