La contienda definitiva en la Ciudad se produce luego de una campaña casi imperceptible, en la que Macri buscó arriesgar poco para no perder el significativo caudal de votos que cosechó en primera vuelta, y Filmus se concentró en denunciar una presunta «campaña sucia» en su contra por parte del PRO.
En las elecciones del 10 de julio pasado, la fórmula machista que integran Macri y su ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal, alcanzó el 47,07 por ciento de los votos, muy lejos del binomio kirchnerista de Filmus y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que sacó el 27,87.
El macrismo está convencido de que esos 19 puntos de ventaja logrados en el primer turno electoral, que le dieron potencia enla Legislaturay casi el control absoluto de las nuevas comunas, auspician una victoria holgada para la segunda vuelta, por lo que espera superar los 61 puntos obtenidos en el balotaje de 2007, en el que también enfrentaron a Filmus, que consiguió el 39 por ciento.
En este sentido, algunos dirigentes del macrismo se esperanzan con un mejor desempeño electoral que se traduzca en un 62 o 63 por ciento de los votos y con una caída del kirchnerismo porteño a un 32 o 33 por ciento.
Por su parte, el kirchnerismo convocó a una «epopeya» para dar vuelta el resultado de la primera vuelta, aunque en realidad en el objetivo apunta a alcanzar los 40 puntos, una base importante de votos para la candidatura de la presidenta Cristina Kirchner a sólo dos semanas de las elecciones nacionales primarias.
El balotaje generó además divisiones en algunos espacios de la oposición, como enla Coalición Cívica, donde la candidata presidencial, Elisa Carrió, respaldó a Macri, mientras que la ex candidata a jefa de Gobierno María Eugenia Estenssoro le restó apoyo, algo similar a lo que ocurrió en el radicalismo porteño luego de que el líder Ricardo Alfonsín pidiera el voto para el titular del PRO.
En tanto, el líder de Proyecto Sur, Fernando «Pino» Solanas, -que quedó en un lejano tercer puesto con el 13 por ciento en los comicios del 10 de julio- otorgó «libertad de acción» a sus votantes.
El último jueves, Filmus y Tomada cerraron su campaña en el mítico bar Homero Manzi, en el cruce de las avenidas San Juan y Boedo, con un llamado a los electores de otras fuerzas que planean votar en blanco y con el apoyo de varios referentes sociales, culturales y del espectáculo.
Por su parte, la fórmula Macri-Vidal cerró en el auditorio del exclusivo Buenos Aires Design, en el barrio de Recoleta, confiadaen la eventual victoria y con un pedido a los porteños para que concurran «masivamente» a las urnas.