Fue este sábado por la tarde en la Catedral Basílica de la capital provincial. La ceremonia fue, presidida por el Arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello y con ella se inicia el tiempo de preparación para los tradicionales cultos del Milagro, tiempo que se vive en Salta hasta el 15 de setiembre.
La ceremonia consiste en trasladar las imágenes desde sus camarines hasta los tronos principales de la Catedral, para que a partir de ahora puedan ser visitadas por las distintas instituciones, fieles y peregrinos.
El arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, durante la ceremonia de entronización, tuvo a su cargo la homilía en la que convocó al pueblo salteño a cuidar el aspecto religioso de la Fiesta del Milagro.
“El Milagro no es una fiesta cultural, sino religiosa. Que no se pierda la dimensión religiosa en la fiesta del Señor y la Virgen del Milagro”, remarcó el Arzobispo de Salta.
La Iglesia celebra este año el Año de la Vida y las intenciones están destinadas a pedir por la protección y la defensa de la humanidad. Con la ceremonia de entronización de las sagradas imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, se recuerda la llegada de la imagen del Cristo a Salta, ocurrida en 1592. La imagen fue enviada desde España por el obispo Victoria, quien bendijera la fundación de la ciudad en abril de 1582.
La imagen llegó a suelo salteño tras pasar por un naufragio en el puerto de El Callao, en Lima, Perú, y una vez colocada en el santuario cayó en el olvido, junto a la de la Virgen. Pero ese olvido fue sacudido el 13 de septiembre de 1692, cuando ocurrieron terribles terremotos.
Los vecinos acudieron a pedir protección para que cesaran los temblores, con la promesa de enmendar las faltas. De esta manera, sellaron el pacto de fe que se renueva año tras año.