Tras una expectante vigilia que se extendió durante toda la noche en Roma como en Buenos Aires y el resto del mundo, a las 5:30 (9:30 de Roma) comenzó la celebración en el interior de la basílica de San Pedro, en cuya tumba rezó el Papa junto con diez patriarcas y arzobispos mayores de las iglesias orientales católicas.
Luego, el pontífice encabezó la procesión mientras se cantó las Laudes Regiae (El Rey es Cristo) y se invocó a los santos, hasta llegar a la tradicional Plaza, donde están las autoridades políticas de 130 delegaciones internacionales, entre ellos la presidente Cristina Kirchner, y representantes de otros credos.
La eucaristía fue concelebrada por unos 180 religiosos, entre ellos los cardenales presentes en Roma, los patriarcas y arzobispos mayores orientales, el secretario del Colegio Cardenalicio y los superiores generales de los franciscanos menores, José Rodríguez Carballo, y los jesuitas, Adolfo Nicolás Pachón.
Antes de la misa tuvieron lugar los ritos específicos del inicio del ministerio petrino: imposición del palio de lana de corderos y ovejas con cruces rojas que lo identifican como arzobispo, la entrega del «anillo del pescador» y el rito de la «obediencia» que cumplen seis cardenales.
Francisco, el primer pontífice jesuita y latinoamericano, recibió la imposición del palio de parte del cardenal Protodiácono, Jean-Louis Tauran, el mismo que anunció el «habemus papam».
En tanto, la entrega de la sortija estuvo a cargo del cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio. El anillo lleva la imagen de San Pedro, con las llaves del reino de Dios.
Decenas de miles de personas reunidas desde la noche del lunes en la Plaza de Mayo, estallaron en aplausos y cánticos cuando el Papa recibió el anillo y el palio, los símbolos de la autoridad pontificia. Fue el segundo momento exultante, tras el llamado que realizó Bergoglio en plena madrugada y que sorprendió a todos. «No se olviden de este obispo que está lejos y los quiere mucho», dijo.
El Papa decidió simplificar la ceremonia: No dio la comunión a ninguna persona, sino que la comunión fue repartida por diáconos y 500 sacerdotes en la plaza de San Pedro y Via della Conciliazione.
La misa de hoy coincidió con la fiesta litúrgica de San José, patrono de la Iglesia. La ceremonia fue en latín, el idioma oficial de la Iglesia, la Biblia en inglés y del Evangelio en griego, para manifestar que la Iglesia Universal se compone de las grandes tradiciones de Oriente y Occidente.
El Papa pronunció la homilía en italiano y, como es su estilo desde que fue proclamado el 13 de marzo pasado, improvisó algunas partes. Luego de la misa, que no duró más de dos horas, Francisco se despojó de las vestiduras litúrgicas y en el altar central de la basílica saludó a los jefes de las delegaciones oficiales de los países presentes.
Algunos de los gestos que se pudieron observar fueron que muchos de los presentes llevaron rosarios para que el papa Francisco los bendijera. La primera mandataria en saludar al Sumo Pontífice fue Cristina Kirchner.
Durante su exposición, entre otras cosas, el Papa reclamó a los dirigentes que han viajado a San Pedro que no dejen que los signos de la destrucción conduzcan el mundo. También pidió respeto por todas las criaturas de Dios y el medio ambiente.
«No tengamos miedo de ser buenos»
En otra parte de la homilía, Francisco dijo que el «verdadero poder» de un Papa es «el servicio humilde» e invitó a los fieles a no «tener miedo de la bondad».
«Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe», dijo el nuevo romano pontífice.
Guillermo, el príncipe heredero de Holanda, y la futura reina Máxima Zorreguieta; el príncipe Felipe de Borbón y su esposa, Letizia Ortiz; los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco, así como los reyes Alberto y Paola de Bélgica, fueron algunos de los miembros de la realeza que saludaron al nuevo Papa.
Luego de los saludos, Francisco se retiró a la casa Santa Marta, donde reside en forma temporal hasta que acondicionen su departamento pontificio, y allí almorzará.
1.000.000 en la Plaza San Pedro
El Papa salió a las 4:50 hora argentina (8:50 de Roma) de la casa Santa Marta, donde reside, y emprendió una vuelta a la tradicional Plaza en un jeep blanco, entre los fieles presentes y un importante operativo de seguridad. A diferencia de sus antecesores, Jorge Bergoglio utilizó unvehículo descubierto y no el tradicional Papamóvil.
Francisco rompió el protocolo en varias ocasiones para besar a niños y, especialmente, para bendecir a personas enfermasque se encuentran en la Plaza San Pedro celebrando los actos de asunción del nuevo pontífice.
Bergoglio, que eligió el nombre en honor del santo de los pobres San Francisco de Asís, recorrió largamente la enorme plaza, saludando a todos a su paso con gestos espontáneos como levantar el pulgar.
Decenas de miles de personas aclamaron al primer papa argentino, quien saludaba sonriente en medio de una ola de banderas de todos los países, muchas de ellas latinoamericanas, en una mañana soleada, aunque estaba previsto que lloviera.
La tradicional Plaza está llena de gente que presenció la misa solemne de inicio de Pontificado del papa Francisco en la que también participaron unas 130 delegaciones internacionales que ahora reciben el saludo del Sumo Pontífice. Por la ceremonia se adoptaron extremas medidas de seguridad.