A pie, en bicicleta o a caballo, promesantes, devotos y fieles llegaron hasta el altar mayor del Señor y la Virgen del Milagro en un conmovedor acto de devoción a los patronos de Salta.

Nadie sabrá a ciencia cierta que tema mueve a cada uno de los peregrinos a entregar su esfuerzo y sacrificio en ofrenda al Señor y la Virgen del Milagro, solo está claro, que la fe de cientos de miles de salteños sigue intacta en algunos y se renueva en otros en cada septiembre.

El Señor y la Virgen del Milagro sacan cada año a la luz, de rincones sombríos del corazón, muestras conmovedoras de esperanza y agradecimiento. Cada fiesta del Milagro se convierte en una gran manifestación pública de aquellos ruegos íntimos de cada devoto.