Le costó mucho a la Argentina . Luchó con sus propios temores, debió esforzarse para sacarse esos miedos. El 2 a 1 ante Bosnia dejó sensaciones ambiguas para nuestro seleccionado, que cambió a tiempo, que se arremangó cuando Lionel Messi estaba apagado y que soltó el grito retenido cuando la Pulga frotó la lámpara. Sufrió y se lleva muchas dudas para trabajar en la semana.
Seguramente, Alejandro Sabella analice los réditos que le dio el esquema 5-3-2, que realmente fueron nulos. En el primer tiempo, el seleccionado no creo situaciones de gol y se puso en ventaja gracias a un gol en contra de Kolasinac. Si se le cuentan tres situaciones de gol en los primeros 45 minutos es mucho.
Para el segundo tiempo, Sabella cambió el esquema y pasó al 4-4-2. Sacó a Campagnaro y a Maxi Rodríguez y mandó a la cancha a Fernando Gago y Gonzalo Higuaín. Entonces, comenzó la remontada y, de a poco, la Argentina hizo pie en el partido. Lionel Messi, con un gol de esos que hace en Barcelona, puso el 2 a 0 parcial y le dio oxígeno al seleccionado. A cinco minutos del final, Ibisevich descontó al aprovechar un descuido de la defensa argentina.