El sistema vial andino, herencia territorial de la cultura inca que comparten seis países, fue reconocido en la categoría Itinerario Cultural.
Los sitios arqueológicos de Salta incluidos en el Qhapaq Ñan fueron declarados hoy Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la 38ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial que se desarrolla en Doha (Qatar). Este sistema vial andino, herencia territorial de la cultura inca que comparten seis países, fue reconocido en la categoría Itinerario Cultural.
En Salta
El reconocimiento abarca tramos de caminería y los sitios Santa Rosa de Tastil, Potrero de Payogasta, Los Graneros de La Poma y el Complejo Ceremonial Volcán Llullaillaco. El Qhapaq Ñan recorre Argentina, Perú, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador; en este país lo hace por las provincias de Catamarca, Jujuy, La Rioja, Mendoza, San Juan, Salta y Tucumán.
En Salta el subtramo Santa Rosa de Tastil – Potrero de Payogasta – Los Graneros de La Poma, tiene una extensión de 51 kilómetros y atraviesa zonas de montaña. El comienzo del camino andino es el sitio arqueológico de Santa Rosa de Tastil ubicado en la Quebrada del Toro y culmina en la localidad de Potrero de Payogasta con el sitio arqueológico situado en el Valle Calchaquí. También existe un subtramo complementario de 11 kilómetros que vincula Potrero de Payogasta y Los Graneros de La Poma.
En la sección Complejo Ceremonial del Volcán Llullaillaco (7,5 kilómetros) empieza en la base del “Apu” Volcán Llullaillaco en un tambo, sitio arqueológico incaico, y sube hacia la cumbre pasando por otros sitios hasta llegar al final al adoratorio de altura donde se descubrieron los Niños del Llullaillaco sacrificados en el marco del ritual de la Capacocha.
La iniciativa de los seis países se convirtió en un compromiso sin precedentes a nivel mundial ya que nunca antes un grupo de naciones había presentado ante la UNESCO un expediente conjunto con un patrimonio compartido, con la disposición de trabajar juntas por esa riqueza. En los discursos previos a la aprobación de la declaratoria los delegados de los diferentes países felicitaron a los seis que comparten la iniciativa por el esfuerzo conjunto y porque el proyecto es inspirador.
La idea de consolidar la ruta se puso en marcha en 2002 con una instancia de integración de los seis países sudamericanos, con el objetivo principal de investigar, reconocer el valor patrimonial y conservar el Qhapaq Ñan con el trabajo conjunto de los Estados nacionales, provinciales y las comunidades locales.
Qhapaq Ñan significa “camino (ñan) principal (qhapaq)” en lengua quechua y se refiere al camino andino prehispánico que llegó a recorrer cerca de 40.000 kilómetros en sentido norte -sur y como alcanzó su máxima extensión en la etapa incaica es frecuente que se lo mencione como Camino del Inca. Sin embargo, muchos de sus tramos son anteriores y su historia comienza hace siglos.
En Salta el subtramo Santa Rosa de Tastil – Potrero de Payogasta – Los Graneros de La Poma, tiene una extensión de 51 kilómetros y atraviesa zonas de montaña. El comienzo del camino andino es el sitio arqueológico de Santa Rosa de Tastil ubicado en la Quebrada del Toro y culmina en la localidad de Potrero de Payogasta con el sitio arqueológico situado en el Valle Calchaquí. También existe un subtramo complementario de 11 kilómetros que vincula Potrero de Payogasta y Los Graneros de La Poma.
En la sección Complejo Ceremonial del Volcán Llullaillaco (7,5 kilómetros) empieza en la base del “Apu” Volcán Llullaillaco en un tambo, sitio arqueológico incaico, y sube hacia la cumbre pasando por otros sitios hasta llegar al final al adoratorio de altura donde se descubrieron los Niños del Llullaillaco sacrificados en el marco del ritual de la Capacocha.
Los senderos, que servían al Inca para controlar su imperio (Tahuantisuyo), se extienden por Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia.
El Camino del Inca, una red magistral de comunicación vial que se extendió a seis países de Sudamérica, fue declarado este sábado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, una distinción que reconoce el ingenio de un sistema prehispánico que sorprendió al mundo. Los senderos, que servían al Inca para controlar su imperio (Tahuantisuyo), se extienden desde Argentina a Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, y estaban unidos por un entramado de caminos que constituían el Qhapaq Ñan (en quechua Camino Inca). “La denominación de Patrimonio Mundial por la Unesco significa para los seis países el reconocimiento de uno de los monumentos más importantes del mundo andino”, dijo a la AFP, Luis Lumbreras Flores, arqueólogo del Proyecto Camino Inca del Ministerio de Cultura peruano. El Qhapaq Ñan, la red de caminos más antigua de América, recorría longitudinalmente todo el Tahuantinsuyo a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde el occidente de Argentina hasta el sur de la actual Colombia. La vía principal tiene unos 6000 kms de sur a norte. Este camino de montaña paralelo al océano Pacífico estaba unido por tramos transversales que incluso llegaban hasta las selvas y al Gran Chaco en Argentina y Bolivia.
“Existen otros tramos por donde la población aún transita. Tiene zonas empedradas, con piedra laja o rellenos de tierra, y en algunos sitios se puede ver muros de contención en ambos lados del camino”, dijo el arqueólogo peruano Cristian Vizconde. La distinción permitirá conseguir financiación de organismos internacionales para la conservación y restauración de los senderos y santuarios que se levantaron en torno de la vía, afirman optimistas los arqueólogos. Toda la red en costa, sierra y selva, totalizaba una extensión de 30.000 kms, que interconectaba los cuatro suyos, o puntos cardinales del imperio, con la mítica capital, Cusco (en quechua, “ombligo” o “centro”).
Perú reúne la mayor parte de los recorridos descubiertos de las antiguas rutas. El trecho más famoso, y al que llegan millones de turistas de todo el mundo, parte de Cusco hasta la ciudadela de Machu Picchu. Son 43 kilómetros entre bosques, con escalones de piedra milenarios. El camino llega hasta la Puerta del Sol donde ofrece majestuosas vistas de las ruinas de Machu Picchu. .
En Ecuador y Bolivia
La declaración de Patrimonio Mundial “es sin duda un atractivo muy grande si se lo aprovecha turísticamente como lo está haciendo Perú”, dijo a la AFP Roque Sevilla, presidente de Metropolitan Touring, una operadora turística en Ecuador, donde los caminos no están explotados más que por jóvenes aventureros. “El Camino del Inca tiene un valor no sólo arquitectónico, también social ya que fue toda una forma de vida de una cultura que tuvo una especial relevancia en nuestra América”, dijo a la AFP Luz Elena Coloma, gerente general de Quito Turismo, gestora municipal del turismo de la ciudad. El imperio inca funcionaba con un sistema de postas y mensajeros que se desplazaban a pie. Los mensajes eran enviados mediante un código de nudos en una soga, que aún hoy los arqueólogos intentan descifrar. Desde Quito, un correo o una comunicación a Cusco, que era encargado a un mensajero o “chasqui”, podía demorar unos 10 días, según los investigadores. En Bolivia, donde los tramos descubiertos están en mal estado o muchos fueron destruidos, utilizados incluso por camiones en la actividad minera, hay dos senderos: el camino “Takesi” y la ruta de “El Choro”. El primero se extiende por 70 kilómetros y el segundo unos 90 kilómetros, ambos al norte de La Paz. La declaración de la Unesco “pone en valor la ruta, le otorga vigencia y permitirá que se desarrollen proyectos”, dijo a la AFP Lourdes Mukled, presidenta de la cámara de operadores de turismo de La Paz.
Control y vigilancia
El Camino del Inca tenía cada 7 km un pukara (puesto fortificado) que servía para control del movimiento de los transeúntes. Y cada 21 km un tambo (posada) para que el Inca y su séquito descansara y se abasteciese de comida y agua, según los historiadores. Además del comercio, las rutas también servían para el rápido desplazamiento de los guerreros en tiempos de combate. Según arqueólogos peruanos, hay tramos de esta red vial que tienen unos 2000 años y fueron construidos por antiguas culturas, como la huari, y adoptados por los incas. Los investigadores indican que el inca Pachacútec, que construyó la ciudadela Machu Picchu, usó esos caminos existentes y construyó otros uniéndolos en una red. El camino tiene sectores afectados por agricultores y también por autoridades que lo han utilizado para otros fines, como en Chachapoyas (selva central peruana) donde fue destruido a fin de construir una trocha carrozable utilizada para la minería.