Keylor Navas, el portero de los «Ticos», se lució con atajadas que frustraron al poderoso equipo de Van Gaal y llegaron hasta a la definición por penales donde ganaron los holandeses.
La selección de Costa Rica se despide el Mundial con dignidad. Holanda se impuso 4-2 por penales en el último duelo de cuartos de final. El equipo de Van Gaal sigue como candidato al título mientras que los «Ticos» dicen adiós como la sorpresa del Mundial: clasificaron primeros en uno de los grupos más difíciles y dejaron en el camino a Grecia en octavos.
El encuentro se jugó en el estadio Arena Fonte Nova de la ciudad de Salvador, con capacidad para 51.900 espectadores, y fue arbitrado por Ravshan Irmatov de Uzbekistán.
Los dirigidos por Jorge Luis Pinto comenzaron agrupados, cautelosos, y tácticamente posicionados como para resistir el poderío ofensivo de Holanda, para recuperar la pelota y crear una réplica eficaz y rápida.
Por su parte, los hombres de Van Gaal eran más dinámicos. La velocidad de Robben, Van Persie y Memphis Depay se combinaban con la precisión de Sneijder para generar peligro. El técnico armó un 3-4-3, con Kuyt y Blind como carrileros.
Holanda tuvo el primer avance peligroso, la primera oportunidad manifiesta de gol, pero Keylor Navas mostró porque es uno de los mejores porteros de la Copa del Mundo y tapó los remates de Van Persie y Sneijder, respectivamente.
También le negó el grito a Depay. Los europeos estaban cerca de anotar, pero Navas era una muralla en la meta de los «Ticos». A pesar de sus problemas físicos, fue el jugador más importante de la primera etapa. Parecía imbatible.
En el inicio del complemento, se mantuvo la tendencia. Holanda concretaba ataques multitudinarios y Costa Rica se metía en su propia área. Rechazaba cada que pelota que atentaba con quebrar su arco.
Pinto sacó a Campbell y mandó a al campo a Marcos Ureña, que también es delantero, pero necesitaba refrescar el ataque y colocar un jugador más comprometido con la presión a la salida de la primera línea europea.
Sneijder rompió el poste en un tiro libre. Los «Ticos» también contaban con fortuna y el empate sin goles parecía inamovible. Los cinco integrantes de la defensa costarrincense tuvieron un trabajo sacrificado, respaldado por la gran actuación del portero del Levante.
En el minuto de descuento, el soporte de Costa Rica fue milagroso. Como si fuera acción divina, el balón se negaba a entrar y la frustración de Holanda crecía de cara a la prórroga. Todo el equipo centroamericano se refugió en su campo y forzó a que se juege el tiempo extra.
La prórroga no perdió la escencia del partido. Pero si bien los dirigidos por Van Gaal contaban con las oportunidades más nítidas, el conjunto de Jorge Luis Pinto era firme en su resistencia. Juntaba jugadores en los primeros metros y se dedicaba a despejar cada intento naranja.
Mientras el resto de los jugadores sufría el desgaste, Robben desbordaba por el carril derecho con mucha naturalidad y capacidad física, y por más que le doblaban el marcaje, generó lo más peligroso de su equipo en el tiempo extra.
El peso de la historia de Holanda no era suficiente. La suerte jugaba con una camiseta costarricense. Incluso, en algunas réplicas, Costa Rica pudo hacer un gol épico, pero se topó Cillissen. Van Gaal metió al portero Krul en el último segundo de la prórroga, el boleto a semifinales se definiría por penales.