Cualquier adjetivo será escaso para describir la victoria de Alemania sobre Brasil en la primera semifinal: paliza, humillación, cachetazo histórico…
Ni el mejor Barcelona de Pep Guardiola alguna vez sometió de tal manera a un equipo de su misma talla como hizo Alemania esta tarde con Brasil en la primera semifinal del Mundial. Con un fútbol total, de toques y precisión, el seleccionado de Joachim Löw goleó 7 a 1 a Brasil y espera por Holanda o la Argentina en la final del domingo.
Fue tan contundente noqueo inicial de Alemania, que le metió cinco goles en 30 minutos al conjunto de Luiz Felipe Scolari . Un baile para la historia, una lección de fútbol en plena semifinal de un Mundial.
Müller, Klose, Kroos (dos veces) y Khedira fueron los que definieron a la red en el lapidario 5-0 de la primera mitad, y Schürle, que ingresó por Klose, completó el score con un doblete desde el banco.
El equipo de Löw funcionó como una máquina: ocupando inteligentemente los espacios, sin un líder indiscutido; puro espíritu de equipo. Del lado brasileño, los cachetazos llegaron tan rápido y con tanta furia que ni chance de reacción hubo para el equipo de Scolari, que en el segundo tiempo metió cambios, pero ya era demasiado tarde.
Para colmo, el arquero Neuer se la hizo difícil al scratch y tapó todo. O casi todo, porque cuando faltaban dos minutos, Oscar anotó de contragolpe el gol de la vergüenza: 7 a 1.
Alemania dio una verdadera demostración de cara a la final; intimidó tanto a Holanda como a la Argentina, que aún deben dirimir el pase mañana, en San Pablo.