El único imputado por el crimen es su expareja, Alejandro Ermógenes Palacios,  a quien denunció en reiteradas oportunidades por golpes, violencia y amenazas que eran de público conocimiento de los pobladores de Santa María.

El inicio del juicio por el asesinato de Isabel «Fanny» Escalante

En la primera audiencia se leyó la requisitoria de elevación de juicio realizada por el fiscal Eduardo Barrionuevo, quien acusa a Palacios del asesinato basado en los antecedentes de violencia, la cual ratificó con informes policiales, testimoniales y la declaración en Cámara Gesell de la única hija que tienen en común.

Además información que acredita que durante los días que Fanny estuvo desaparecida alquiló un auto y viajó más de una vez a Cafayate, lugar en el que se registró la última llamada telefónica que la mujer recibió de su expareja.

El informe adjunta las pericias psicológicas y psiquiátricas que le realizaron al imputado las cuales revelaron que es un hombre «obsesivo, psicótico y narcisista sin control de sus impulsos». Con todas las herramientas el fiscal adjuntó un pedido de 25 años de prisión efectiva por el delito de homicidio.

Palacios luego de escuchar la acusación formal en su contra no hizo uso de su derecho a declarar y sólo se limitó a ratificar sus datos personales. La sesión concluyó cuando informaron que familiares de la víctima llegarán a Salta el martes para declarar en la causa. Mañana el tribunal integrado por Pablo Farah, Martín Pérez y Héctor Alávila realizarán una inspección ocular en Cafayate y tomarán alrededor de 25 testimoniales.

EL CASO

Isabel Escalante, mayormente conocida como Fanny, viajó el 14 de enero de 2012 a la localidad de Cafayate en búsqueda de unos estudios que se había realizado en el hospital, desde esa fecha nadie volvió a saber de ella.

Su hijo mayor, concebido como madre soltera, denunció su desaparición y montó una campaña en Santa María de Catamarca mientras su expareja actuaba con total indiferencia estableciendo un vínculo amoroso con otra mujer.

El 19 de abril fue encontrada por un empleado de un club de campos, que al ver los restos de la mujer prácticamente momificados dio aviso al 911.