En julio del 2012 en este mismo sitio denunciábamos que la obra «El Vallisto» de Calixto Mamaní, estaba arrumbada en el canchón municipal sufriendo graves deterioros.
Dos años y cuatro meses después todo sigue igual. La escultura realizada por el reconocido artista cafayateño sigue en un oscuro y triste olvido.
La obra bautizada por Calíxto Mamaní como «El Vallisto» y apodado por el pueblo como «El Gaucho», fue colocada, luego de terminada, en la entrada norte de Cafayate oficiando de anfitrión inmortal de nuestra ciudad, convirtiéndose en símbolo emblemático de nuestra ciudad, lo mismo que La Alameda.
La escultura fue concebida entre los años 1962 y 1963 por Calíxto Mamaní, quien recibió una donación en aquel entonces de $ 15.000 de la denominada Moneda Nacional, por parte del Señor Julio Michel Torino para solventar los gastos que demandó la obra y la construcción del monumento.
Calíxto Mamaní es uno de los más altos exponentes de las artes plásticas de nuestra ciudad y del Valle Calchaquí, una personalidad artística que supo trasladar a sus obras, su amor por esta tierra, a la que conoció palmo a palmo y a la que entregaba verdaderas ofrendas en cada pintura, escultura o alguna de las tantas técnicas que abordó durante su vida.
Su obra ha permitido retratar el paso del tiempo en Cafayate y muchas de ellas cobran valor de documentos históricos por el registro de acontecimientos, personajes o de la arquitectura misma de nuestra ciudad.
Su inquietud artística lo llevó en un momento de su vida a homenajear al hombre de nuestra tierra, lo que plasmó en la obra «El Vallisto».
La escultura bautizada popularmente como “El Gaucho” muestra a un hombre de barba, con poncho sobre el hombro, un sombrero en su mano izquierda y ojotas en sus pies. Su brazo derecho permanece extendido a modo de señal de bienvenida y dando paso o entrada a nuestra vallista ciudad de Cafayate.
Hoy, fruto de la desaprensión y el olvido, la obra arrumbada en el canchón municipal, muestra el extremo del brazo derecho con un deterioro: la mano extendida, claramente fraterna, de «El Vallisto», está cortada.
Desde hace un largo tiempo y fruto del proyecto de construir una rotonda en la intersección de las Rutas Nacionales 40 y 68, la obra de Calíxto Mamaní fue llevada al canchón municipal donde permanece arrumbada entre vehículos en desuso y expuesta al natural deterioro que puede sufrir fruto del movimiento mismo del lugar. Peor aún es el olvido y desconsideración de las autoridades responsables para con los valores artísticos y culturales locales.
Arrumbar una obra de una de las máximas figuras artísticas de Cafayate no deja de ser un intento de arrumbar también su memoria y esto no debe permitirse.
Nadie sabe qué destino tendrá una de las más importantes obras del emblemático artista cafayateño. Tampoco nadie sabe porque con el valor histórico y artístico de la obra y la impronta del homenaje al hombre vallisto, no se proyectó que la obra permanezca en la rotonda de entrada a nuestra ciudad y que “El Gaucho” siga oficiando de anfitrión y emblema del las personas que habitaron, habitan y habitarán este pedazo del Valle Calchaquí.
No se sabe lo que quisieron hacer con esa entrada de Cafayate, no se entiende por donde transitar, ni siquiera existe el espacio como para que doblen los vehículos sin que tengan que salirse a la banquina para dar paso a los otros vehículos que viene entrando en la intersección, supuesta-mente era para mejorar la entrada pero la empeoraron!! mas aun sacando semejante obra que nos identificó siempre y que ahora solo queda en nuestros recuerdos. El que hizo semejante estupidez NO tiene «IDEA» lo que significa para los cafayateños esa obra de arte, a la cual concurriamos a realizar el homenaje al Payo Solá, y a simple vista se ve que tampoco tiene idea de construcciones viales como varios de ese montón que están puestos con el dedo, esperemos que algún día nos sorprendan y vuelvan a emplazar esa obra como se merece por lo menos en respeto y memoria de su creador don Calixto Mamaní.
Monumento del gaucho… aun no entiendo porque lo sacaron, aparte de ser una escultura en homenaje, era un punto de referencia no sólo para la ciudad sino también para los que la visitaban; además de ser un lugar con Muchas nostalgia para lo que hemos estado en ese lugar.