Una joven aplica el llamado ‘basura cero’. ¿Cómo lo logra? Una filosofía que cada vez suma más adeptos. Los beneficios para el medioambiente,
¿Se puede vivir generando ‘basura cero’? Una joven de Nueva York lo adoptó como modo de vida y hace dos años que no origina residuos: “Un día miré mi cesto y no pude creer que yo sola tuviera tantos desechos”, revela Lauren Singer a la BBC. Ese fue el comienzo de una filosofía que cada vez suma más seguidores.
Lauren cursa estudios medioambientales en la Universidad de Nueva York y decidió comenzar a vivir de acuerdo a sus valores. Comenzó a sustituir los envases de plástico por los de vidrio reutilizables, a comprar alimentos fraccionados y a comprar ropa en tiendas de segunda mano. Se traslada a pie o en bicicleta y cuando las distancias se lo impiden, utiliza transporte público.
En cuanto a la basura orgánica o el papel higiénico, algo que no se puede evitar generar, lo lleva una vez a la semana a un lugar donde lo transforman en compost -abono orgánico-, y cuando su ropa o sábanas están muy gastadas, las lleva a un centro de reciclaje.
“Lo más complicado no fue prescindir de ciertos productos, sino buscar alternativas orgánicas a todo lo que usamos en el día a día”, cuenta Lauren a El País. “Tengo recetas para todo: detergente para la lavadora, pasta de dientes, loción para la piel… Y me ha costado bastante investigar y perfeccionarlas”.
A través de su blog Trash for tossers, la joven expone sus ideas, su forma de vida y su compañía The Simply Co., que se dedica a vender productos 100% naturales y libres de químicos, que ella misma elabora: cucharas de barro, remeras de algodón orgánico o jabón en polvo para lavar prendas a mano.
Cuando muchos amantes de lo orgánico escapan de las grandes ciudades, ella demuestra que se puede vivir donde uno elija generando muy poco impacto ambiental.
“Cada vez hay más gente interesada en vivir de una manera más simple y saludable, para ellos y para el planeta. En Nueva York hay muchos espacios interesantes al respecto, fantásticas tiendas de comida orgánica o productos que no puedes conseguir en otros sitios, centros de reciclado y ya más lejos, la gente tiene huertas donde cultivan sus propias verduras. Llevar este tipo de vida es una decisión que tiene que partir de uno mismo, pero el gobierno y las autoridades tienen que proveer de las infraestructuras para que esto sea posible. Lo que yo pediría es que acaben con las bolsas de plástico”, cuenta Lauren.
Desde que empezó con esta filosofía de vida, no sólo ha ahorrado mucho dinero sino que se alimenta mejor al evitar los peligrosos químicos presentes en los productos de limpieza y cosméticos.
Qué pasa en Argentina
Actualmente, viven en la Ciudad de Buenos Aires unas 3 millones de personas, pero circulan a diario casi el doble. Esto hace que cada individuo genere una gran cantidad de residuos: más de 2 kilogramos de basura por día; lo cual implica un gran problema a mediano y largo plazo. Esto se extiende a las grandes ciudades del país y en menor medida a lugares menos poblados.
Se puede colaborar de forma muy simple: separando envases de plástico -crema de enjuague, yogur, lavandina, gaseosa, agua mineral-; cartón, diario atado y papel; el tetrapak; el aluminio; y las botellas. También latas y aerosoles. De todo esto se logra recuperar el 100%, porque se puede utilizar indefinidamente. Haciendo esto se puede bajar entre 800 y 900 gramos la cantidad diaria por persona de basura, aseguran desde la cooperativa Creando Conciencia.