Fue distinto y sorpresivo. El padre Roberto Aguirre ingresó a la plaza principal montado en un burrito dando bendiciones.
Tras la sorpresiva aparición del sacerdote, comenzó un recorrido por las camineras de la plaza bendiciendo los ramos de una gran cantidad de fieles congregados en el lugar.
Mientras tanto el grupo de Scouts entonaron canciones religiosas acompañando el particular momento
Tras el recorrido del sacerdote por la plaza, se dirigió al interior de la Catedral para celebrar la Misa especial del Domingo de Ramos a las 10 de la mañana.