El volante central de la selección lamentó la caída en una nueva final y puso en duda su futuro en el equipo; «No hay que tomar una decisión, pero en la cabeza te da vuelta dar un paso al costado», dijo.
De esos jugadores que dejan la piel en cada partido, Javier Mascherano hizo de ese esfuerzo una marca registrada. Un estilo que lo llevó a los mejores equipos de Europa y que se potenció en el Mundial Brasil 2014. Emblema de la selección, es el termómetro del equipo y quien da la cara tanto en la cancha como fuera de ella. Por eso, tras ver cómo se le escapó su tercera final de Copa América, se puso como culpable de la caída y dejó abierta la puerta de su salida del equipo a los 31 años. «No le encuentro explicación, quizás sea yo. Otra vez nos faltó esa cuota de suerte en las finales. Es un karma, no lo sé. Soy uno de los más grandes, hay que hacerse cargo de lo que queda», dijo en la zona mixta del estadio Nacional de Santiago.
Y deslizó una posible salida del equipo. «Yo no puedo pensar en el futuro. No es momento de decir nada. Nos tenemos que ir de vacaciones y dejar que la cicatriz vaya cerrando y en su momento veremos qué es lo que pasa. Son golpes demasiados duros. Venimos haciendo las cosas medianamente bien como para que nos pase algo así. Son golpes y en la cabeza te da vuelta, doy un paso al costado y que venga otro. Pero no es momento de tomar una decisión. Hay que sufrir y después habrá tiempo para pensar».