Las subas rondan el 1,3% y se aplican desde los primeros minutos de este lunes a todos los productos que se venden en los surtidores de YPF en el país.
Ni el frenesí proselitista evitó que el Gobierno atendiera uno de los asuntos que más le importan a la estatizada empresa petrolera YPF. Aunque en los papeles los precios de los combustibles son libres, ayer funcionarios del Ministerio de Economía, a cargo de Axel Kicillof, le dieron el visto bueno a una nueva tanda de aumentos de precios, que comenzaron a aplicarse desde esta madrugada. Las subas rondan el 1,3% y se aplican a todos los productos que se venden en los surtidores de YPF en el país.
Como sucedió en ocasión de aumentos anteriores, luego la seguirán en la remarcación de las pizarras el resto de las petroleras, como Axion (la ex Esso), Shell, Petrobras y Oil (la petrolera del empresario Cristóbal López).
La nafta súper de YPF, uno de los productos más vendidos del mercado, que costaba hasta ayer $ 11,99 el litro, aumentaría casi 16 centavos y se iría hasta los $ 12,14.
Las petroleras sostienen que los aumentos de precios de los combustibles son para compensar los efectos de la devaluación del peso sobre sus números. Sucede que las empresas refinadoras compran el petróleo en dólares, pero venden sus principales productos en moneda local, por lo que la pérdida de valor del peso reduce sus márgenes de ganancia. Los aumentos periódicos son parte de la política que acordaron en diciembre del año pasado con Kicillof.
A principios de junio, las empresas habían aplicado un aumento promedio de 1,5% en las naftas y el gasoil que venden en todo el país. Hasta ahora, salvo en enero de este año, cuando por un acuerdo entre el Gobierno y las empresas los combustibles bajaron 5%, se aplicaron aumentos en los restantes meses del año. Con la suba de anoche, los precios ya superan el nivel que tenían antes de la rebaja de enero.