La canción de Ignacio Copani que terminó por convertirse en una suerte de himno de la improvisación y la ineficiencia, parece cobrar fuerzas en Cafayate.
Radio Cafayate realizó un relevamiento en el puente del Río Chuscha tras la crecida de éste y además de comprobar la escasa luz existente para el flujo del agua debajo de la estructura por falta de mantenimiento y encauce, también pudo verificar la precariedad con que se atienden otras partes del puente.
Durante el último desborde del Río Chuscha en enero de este año, una de las consecuencias fue que el agua arrancó y arrastró la baranda oeste del puente y las cañerías que pasan por el lugar quedaron en pésimas condiciones.
Los arreglos realizados y dispuestos por las autoridades provinciales y municipales, tras el desborde e inundación muestran hoy una peligrosa precariedad.
Las cañerías de hierro que existían antes del desborde fueron reemplazadas por unas de PVC en un caso y de material liviano en otra. Solo el sentido común indica que se trata de un material demasiado blando para soportar el golpe de enormes piedras y troncos que arrastra la corriente por la velocidad y fuerza del agua durante una creciente.
Las cañerías además de la fragilidad, en algunos tramos están desentubadas y presentan una peligrosa precariedad al estar sostenidas por unos alambres atados a la baranda del puente.
Esto muestra que las autoridades municipales y provinciales siguen sin tomarse en serio algunos problemas estructurales de Cafayate, improvisando para salir del paso y tratar de “zafar” en momentos críticos.
Trabajar con tiempo y responsabilidad siempre es más barato y eficaz. Claro que como nos muestra la realidad, la preocupación de este gobierno solo está centrada en tratar de inaugurar obras a medio terminar o con fallas de funcionamiento, como si la única y verdadera preocupación finalidad solo fuera cortar cintas, aplaudirse, sacarse la foto de promoción y no solucionar los problemas de la comunidad.
Quizás la canción favorita de este gobierno sea la de Copani y su gestión vaya al compás del tema y del tarareo de los funcionarios: “Lo atamo con alambre, lo atamo, lo atamo con alambre señor”…
Todo pasa porque se lo permitimos, hay que comenzar a hacer valer nuestros derechos. Y no dejarles pasar una. Sinverguenzas.
Asi nos tratan estos tipos y despues ocurren las desgracias y recien aparecen con cara de preocupados… hdp