Buzos tácticos del Ejército Argentino desmitificaron el cuento popular de la laguna sin fondo. Ya no se ven pejerreyes.
La laguna de Brealito, en los Valles Calchaquíes, es sinónimo de leyendas. El espejo de agua de altura, a unos 15 kilómetros de Seclantás, fue siempre objeto de historias y cuentos locales.
Algunos habrán escuchado del «monstruo de Brealito», que imita el arquetipo de los monstruos del lago Ness, del Nahuel Huapi y hasta del dique Cabra Corral, donde una supuesta bestia prehistórica se oculta y surca las profundidades.
Algunos relatos menos fantásticos dicen que se trata de un ojo de mar, que conecta Salta con el océano Pacífico. Otros dicen que la laguna no tiene fondo, que no lo encontró ni un equipo de científicos japoneses. Y hasta hay gauchos que aseguran que «yaparon 10 lazos y no tocaron fondo. Ahora, un grupo de buzos tácticos del Ejército Argentino desmitifica las leyendas alrededor de la laguna.
El teniente coronel Juan Carlos Borri, jefe de la División Escuela de Capacitación Anfibia del Batallón de Ingenieros Anfibios 121, de la provincia de Santa Fe, confirmó que un monitoreo con sonares de última generación encontró que la profundidad máxima del espejo de agua es de 41,6 metros, mientras que la profundidad promedio ronda los 15 y los 25 metros.
Durante la capacitación de 10 días, los hombres y mujeres del Ejército encontraron, además, muy poca vida marina. «No hay pejerreyes. Solo se ven unas mojarras. Llevamos varios días y no vimos peces grandes.
Pensamos que puede ser por unas algas, que se encuentran en abundancia. La visibilidad, por las algas en suspensión, es prácticamente nula y el agua ya tiene mal olor. Eso puede estar afectando el desarrollo de la fauna», opinó Borri.
«Los que hablan de un ojo de mar están equivocados, porque el agua es dulce. Al mismo tiempo, se escucha decir que la laguna no tiene fondo y eso tampoco es cierto. Siempre encontramos fondo. Estamos hablando de un lecho que va de los 25 a los 40 metros de profundidad. La profundidad máxima en el lago es de 41,6 metros. Hemos hecho un relevamiento a lo largo y ancho de la laguna. Sí es cierto, y bastante notable, que la laguna tiene una pendiente muy pronunciada, donde podemos pasar fácilmente de los 15 a los 40 metros de profundidad», explicó Borri, que se ríe cuando le preguntan sobre el monstruo. «Teníamos algo de aprensión antes de bajar. Esperábamos que nos toque la pata algo grande, pero el resultado es negativo», dice.
Borri confirmó que la temperatura en lo hondo llega a los 5 grados, muy similar a las aguas del Nahuel Huapi en verano. El grupo de buzos tácticos encontró ahí condiciones ideales. Hasta contó con una cámara hiperbárica para atender emergencias, que está por primera vez en Salta.
«Para nosotros es muy bueno porque podemos practicar cómo afecta al organismo y a los cálculos de buceo la altura. Brealito es un desafío para cualquier buzo y un lugar para tenerlo muy en cuenta. Para los amantes de la pesca, no podemos decir lo mismo», terminó.
Fuente: El Tribuno