También de día la Bodega Encantada se adueña de las miradas y almas serenateras porque su exterior se vistió de colores, poesía y arte. Mirá aquí los murales.
Los muros que encierran el predio de la Serenata a Cafayate no son paredes frías que sirven solo para delimitar el espacio. Muchas manos y corazones plasmaron mensajes con diferentes técnicas convirtiendo a esas paredes en una verdadera galería de arte al aíre libre.
Los duendes serenateros inspiraron a cada uno de los autores que trabajaron durante días sin reparar en el clima rudo para llegar a la fecha en que ese paseo artístico se convierte también en anfitrión de las noches de canto, baile y magia Calchaquí.