Esto ocurre a pesar de que la Municipalidad prácticamente intimó a las empresas para que impongan desde este lunes a ese lugar como punto de partida y llegada de sus servicios. Como hecho paradójico y tragicómico se colocó una cartel de advertencia por la salida de ómnibus.
Fernando Almeda sigue caminando en terreno pantanoso con la nueva terminal de Cafayate. El proyecto tuvo problemas desde un principio con la planificación, los cálculos, el estilo, la falta de servicios básicos y la orientación estructural entre otros muchos inconvenientes.
A todo eso se suman los problemas con lo que no se planificó ni se tuvo en cuenta para la seguridad del lugar como una rotonda de acceso, semáforos o dársenas de espera para permitir la entrada y salida de colectivos sin peligros.
Pero como en esta cuestión, desde sus inicios, la Municipalidad y el gobierno de la provincia vienen poniendo el carro delante del caballo. Se inauguró en febrero con la presencia de Urtubey, con mucho circo político, pero sin agua ni servicios, sin asientos en la sala de espera, sin licitación de locales, sin teléfono ni internet, sin empresas ni colectivos.
Llegados a mediados de mayo, la situación no dista mucho de aquello y solo se avanzó en pocos aspectos, aunque siempre poniendo el carro delante del caballo. Los locales comerciales del lugar e licitaron, se adjudicaron y se obligó a abrirlos a partir de los primeros días de este mes, pero hasta el día de hoy sigue sin haber empresas operando en el lugar.
A pesar de la intimación municipal a las empresas para que empiecen a operar allí desde el 16 de mayo, el lugar hasta este lunes seguía sin tener servicios de teléfonos ni internet. Tras la denuncia de Radio Cafayate la semana pasada de que no había asientos de espera, la Municipalidad logró en 48 horas colocar algunos.
Siguiendo la línea de correr detrás de los acontecimientos, la Municipalidad local parece solo reaccionar ante las denuncias. Así ocurrió al principio cuando al principio Radio Cafayate denunció que los baños de varones no tenían mingitorios y tuvieron que romper lo que ya estaba terminado e improvisar un lugar para colocar algunos pocos. Como eso, actualmente los baños no tienen espejos, pero las autoridades pretendían que las empresas operasen allí desde los primeros días de mayo, en esas condiciones.