Los funcionarios que parecen desesperados por estos días para mostrar que la terminal “sí funciona” lograron hacer ingresar un omnibus vació a una de las dársenas.

En lo que parece ser una carrera contrarreloj de las autoridades municipales por mostrar que la terminal que costó más de siete millones de pesos y que quedó con varias cuestiones elementales inconclusas, empieza a funcionar.

Este martes la Municipalidad de Cafayate logró “arrear” hasta una de las diminutas dársenas de la terminal a un colectivo de turismo que había llegado a nuestra ciudad.

El micro dejó a los turistas en el centro de la ciudad y tras “ser aconsejado” fue a estacionarse en la terminal.

Lo paradójico de la situación es que lo que las autoridades municipales y sus voceros quieren mostrar como “funcionamiento de la terminal” incumple las normas del lugar, ya que el lugar destinado para los colectivos de turismo, según el proyecto, es un espacio de tierra y yuyos ( que para las autoridades está asfaltado) y que se encuentra al frente de las dársenas destinadas a los colectivos de líneas regulares., pero como el lugar está en pésimas condiciones y los empresas de líneas no entran a la terminal, decidieron «rellenar» una dársena y mostrar que la terminal «ya funciona».

Con ese micro de turismo, para las autoridades municipales y sus voceros la terminal “ya funciona” a pesar de que allí no se bajó ni subió ningún pasajero, las ventanillas para compra y venta de pasajes están vacías y sin funcionar y que hasta ahora no hubo una sola frecuencia de ninguna de las tres empresas que operan en Cafayate que llegara o saliera del lugar. la pregunta obligada ante esto es ¿ Le cobraron la entrada de dársena al colectivo de turismo y cuanto en caso de ser así?

Más dificultades

En la suma de problemas que acarrea la cuestionada planificación de la terminal de Cafayate se suman situaciones tragicómicas que demuestran una improvisación extrema por parte de quienes dirigen la obra.

Ahora se descubrió que en los vidrios de las ventanillas destinadas a la compra y venta de pasajes, la perforación que sirve de intercomunicación está a una altura de 1,80 mts o más, lo que provoca que ninguna persona de estatura media (la mayoría), desde adentro o desde afuera, llegue a lo que se supone que facilita la audición entre pasajeros y empleados, por lo que habrá que prepararse para levantar la voz o gritar.

Otro inconveniente se presenta también este martes cuando las empresas distribuidoras de gaseosas y cervezas llevaron heladeras exhibidoras a los locales destinados al rubro kiosco o confitería y se dieron con que los artefactos de frío no entran en el lugar porque los techos son demasiados bajos.