La proliferación de microbasurales en nuestra ciudad va de la mano de la ineficiencia y desidia de las autoridades municipales.
Un ya enorme y peligroso basural se ubica desde hace mucho tiempo a escasos metros de la entrada del cementerio de nuestra ciudad, sin que las autoridades atinen a dar una solución.
El desagradable espectáculo, además de representar un foco infeccioso y germen de alimañas, es una muestra clara de la desidia municipal en esta y otras cuestiones.
El basural no puede no ser visto por las personas que transitan a diario por la calle Colón o por frente al cementerio hacia una zona importantemente poblada como el Barrio Los Paraísos y otros aledaños, y menos aún por las autoridades municipales de nuestra ciudad. Más grave aún es que estas, advirtiendo la existencia del montículo de desperdicios, no hayan hecho nada y eso siga creciendo, a pocos metros del acceso principal al cementerio y en enfrente de una plazoleta.
Resulta extraño que las autoridades municipales no hayan advertido el enorme basural con el que conviven los vecinos del lugar, quienes concurren al cementerio, asisten al Club Michel Torino o hasta en muchas oportunidades pasan por el lugar en diferentes cortejos fúnebres.
Un basural en la puerta misma del cementerio muestra una gestión ineficiente y desaprensiva hasta con un aspecto profundamente sensible para gran parte de los cafayateños que tienen o llevan a sus familiares para el descanso eterno de sus restos.