El misterio de los verdaderos números de la Serenata a Cafayate 2016 continúa sin que Almeda ni el Concejo Deliberante den a luz pública el balance.
Un año después, los cafayateños siguen sin saber cuántas entradas se vendieron cada noche de la Serenata, cuanto se pagó a cada artista, cuanto se gastó en luz y sonido, cuanto ingresó de los sponsors, cuanto y a quienes se pagó por publicidad, cuanto se gastó en los extraños y misteriosos “gastos de representación” entre tantos item, en definitiva, no se quiere hacer saber nada.
Esto forma parte de los ya famosos escondites del Intendente Almeda con el manejo de la Serenata a Cafayate. Lo mismo que ocurre ahora con el contrato de exclusividad con Canal 9, ocurre con el balance de la edición 2017 del festival.
Solo se sabe que hubo un supuesto superávit de 2 millones de pesos con el que se supone que se adquirió por compra directa una maquina adoquinera, que al igual que el balance, sigue sin aparecer un año después.
Lo de los 2 millones de superávit o ganancias tienen un enorme margen de dudas cuando no se conoce con certeza y con la vista de comprobantes, de cuanto fueron los ingresos y los egresos para determinar si la ganancia fue poca o mucha.
Al no conocerse con precisión en que se gastó, a quienes y que se pagó, no se puede saber si hay gastos superfluos o innecesarios que de no haber existido pudieran haber hecho que la ganancia sea aún superior.
Por su parte los concejales almedistas también forman parte del juego de esconder los comprobantes ya que públicamente se comprometieron a mostrar los comprobantes en conferencia de prensa, lo que tampoco nunca ocurrió.
Si a esta altura se preguntan si hubo un pedido de informes del Concejo Deliberante, deberíamos contestar con una frase popular: ¿Los concejales?, bien, gracias!
El misterio continúa un año después. ¿Pasará lo mismo este año y el balance quedará en la oscuridad?