Qhawak, el cóndor rehabilitado tras sufrir un envenenamiento, será liberado con una ceremonia en la zona del camino Tolombón-Hualinchay.
En mayo último l encontraron moribundo a orillas del Río Colorado, en la zona de El Divisadero.
Retornará a su hábitat natural un cóndor andino rehabilitado en la sede de la Fundación Bioandina, de Buenos Aires. Lo bautizaron «Qhawaq», nombre que en lengua indígena significa «el que todo lo ve».
Se trata de un ejemplar que en mayo último fue hallado por vecinos del lugar, moribundo, en la zona de El Divisadero, producto de una fuerte intoxicación con veneno.
Una familia que transitaba por el lugar dio el alerta a los guardaparques de la Quebrada de las Conchas, que inmediatamente pusieron en marcha un operativo para salvarlo. En primer lugar tomaron contacto con la Estación de Fauna de la Provincia, donde el ave recibió las primeras atenciones, y desde allí fue trasladada a la sede de la Fundación Bioandina, para recibir tratamiento especializado.
Fueron casi casi cuatro meses de rehabilitación los que permitirán que este viernes sea liberado . Como ya se ha convertido en una tradición en Salta, el retorno a su hábitat natural será enmarcado por una ceremonia andina, caracterizada por rituales, ofrendas y agradecimientos a la Pachamama.
El punto de encuentro para sumarse a la ceremonia será la plaza 20 de Febrero, a las 9. Desde allí partirá la caravana hacia el camino Tolombón –Hualinchay, sitio de la liberación.
Envenenamiento
Qhawaq, cuando fue hallado se encontraba en delicado estado de salud, deshidratado y muy débil. El primer diagnóstico lo realizaron veterinarios de Cafayate y profesionales de la Estación de Fauna de la Provincia, quienes no detectaron golpes ni quebraduras, por lo que la hipótesis más firme y la que después se confirmó, fue la que daba cuenta de un envenenamiento.
El cóndor es una especie carroñera, es decir que se alimenta de animales muertos. Esta situación lo pone en riesgo constante de envenenamiento, a causa directa de los animales heridos por los cazadores furtivos que muchas veces mueren lejos del lugar de donde recibieron los disparos. Los cóndores, así, comen muchas veces las municiones de plomo que afectan su sistema digestivo y sangre. Si no son atendidos a tiempo, están destinados a perecer en pocos días.
Otra de las situaciones a la que se ven expuestos los cóndores, son a los cebos con veneno arrojados por personas que, por ignorancia, buscan terminar con esta especie por considerarla una amenaza para el ganado menor. A ello se suman, los desechos tóxicos arrojados muchas veces, por empresas que contaminan el ambiente donde viven.
El caso de Luracatao
En octubre del año pasado fue liberado, tras una larga rehabilitación, un cóndor que fue bautizado como Luracatao, por el lugar donde fue hallado. El ejemplar emprendió nuevamente vuelo en un lugar cercano al que, un año antes, había sido encontrado herido por alguna arma de fuego y a punto de morir.
Dicha liberación tuvo repercusión nacional e internacional, y ayudó a generar conciencia sobre la necesidad de realizar acciones tendientes a proteger la especie.
Los testimonios de los presentes en aquella oportunidad no dejaban detalle al azar, puesto que la majestuosidad del vuelo de la enorme ave ganó pronto el corazón de todos y la emoción pudo más que la objetividad periodística. Una oportunidad igual se tendrá este viernes en Cafayate, a donde llegaron especialistas y curiosos.