Tras días y noches de sacrificio por recónditos senderos de los cerros del Valle Calchaquí, llegaron a nuestra ciudad alrededor de las dos de la tarde del viernes.
Unos treinta devotos de la Virgen del Rosario de Jasimaná, El Arremo, Río Grande y La Arcadia decidieron ofrendar su sacrificio a “La Sentadita”.
Tras un larguísimo y duro peregrinaje, cerca del mediodía de este viernes se comenzó a saber que por la zona oeste de Cafayate, Yacochuya y San Luis, los promesantes hacían el último esfuerzo para llegar a la Catedral local.
El notable cansancio de la marcha dibujado en los rostros agotados y en los ojos rojizos por la falta de sueño contrastaba con el júbilo de sus almas y brillo de sus voces en cánticos y rezos.
La emoción fue ganándoles en el encuentro con cafayateños que salían de sus casas para saludarlos, ofrecerles ayuda, acercarles una bebida o simplemente al cruzarlos a su paso. Fue inevitable que las gargantas se cerraran y los ojos se llenaran de lágrimas, tanto de ese puñado de almas promesantes como de los emocionados vecinos de nuestra ciudad.
No podía ser menos. Esas conmovedoras imágenes de comunión se repiten cada año y vuelven a mostrar una enorme e inquebrantable muestra de fe y devoción a la Patrona de Cafayate.
Que emocion ver personas maravillosas de mi paga con esa fuerza y espíritu de grandeza y fe .abrasos y bendiciones ala distancia