Un enorme cortejo acompañó el funeral de la coplera con bagualeros que al son de las cajas caminó desde la Catedral hasta el cementerio.
Era de esperar que una persona que se brindó y entregó tanto cariño fuera acompañada por una enorme cantidad de cafayateños.
Todo fue emoción y el eje central del funeral fueron las coplas y las cajas, como no podía ser de otra manera.
El recorrido desde la Catedral hasta el cementerio tuvo una nota especial y original, la mixtura de rezos con el golpeteo de las cajas de muchos bagualeros que acompañaron el cortejo.
Ya en el último adiós la emoción quebró el espíritu acongojado de los presentes al despedir a una de las bagualeras más longevas del Valle Calchaquí.
Raúl “Caucio” Guantay se encargó de reseñar parte de su vida y agradecerle por la defensa y el cuidado de nuestras tradiciones. Le dedicó unos versos de su autoría y entonó unas coplas.
Un momento de mucha emoción fue cuando sus hijas le dedicaron unas coplas para despedir sus restos.
Amalía López dejó un rastro cultural indeleble en Cafayate y el Valle con su afición a la copla y su imagen carnavalera, pero fundamentalmente en la revalorización del canto ancestral y de nuestras costumbres.