Mientras la situación se torna más tensa, unas cincuenta personas irrumpieron el viernes en el lugar de la exploración minera y desalojaron a quienes trabajaban allí.
No hubo violencia pero si un pedido de que se abandone el lugar, lo que fue acatado por las personas que trabajaban en el lugar las que se fueron sin dejar nada allí.
Hasta la máquina topadora fue sacada del lugar y estuvo parada en la banquina de la Ruta 68 a la espera de que un camión la cargara y se la llevara.
Tras ser desalojado el lugar, los vecinos desarmaron las casillas que se habían construido en el campamento.
Una vez finalizado el desalojo, el acceso al lugar fue alambrado para impedir el paso.