Luego de dos semanas controvertidas el hospital fijó nuevos procedimientos.

La polémica suscitada por la venta de turnos que realizaban vecinos de la comunidad y los hechos de vandalismo dentro del edificio dados a conocer por el gerente del Hospital Nuestra Señora del Rosario, Carlos Vargas,  tuvo su punto cúlmine cuando se determinó que los vecinos debían esperar para solicitarlos durante la madrugada, a la intemperie afuera del nosocomio en medio de las bajas temperaturas reinantes a esas horas.

La medida no cayó bien en la población y hubo un notorio malestar por lo que la gerencia del hospital decidió convocar a una reunión a diferentes sectores, surgiendo así el nuevo sistema de otorgamiento de turnos que tiene como puntos principales la prohibición de entrega de turnos a quienes los vendan, el otorgamiento de turnos para los especialistas de 15:00 a 18:00.

También se decidió que los pacientes que soliciten turnos de atención regular podrán esperar por los mismos en el hall del laboratorio bajo estrictas normas de higiene y seguridad.

La situación de malestar fue creciendo en la población, primero por la imposibilidad de acceder a los turnos ante la gran cantidad de personas que los acaparaban y vendían impunemente, al punto de llegar a ofrecerlos por redes sociales, impidiendo que los vecinos accedieran a los mismos de manera gratuita y normal.

También se pudo conocer en medio de la polémica, por declaraciones del gerente Vargas, que el edificio del hospital era sistemáticamente dañado por gente que esperaba por los turnos, mostrando un gran deterioro con roturas de paredes y mobiliario además de faltante de implementos de computación entre otras cosas, generando al nosocomio enormes erogaciones de dinero en arreglos y reposición de elementos de trabajo.

Con las nuevas medidas se intentará acabar con un negocio inescrupuloso, ilegal e indignante como el de la venta de turnos y generar condiciones de cuidado del edificio del hospital.