En el Valle Calchaquí los incendios y la mano del hombre han producido la disminución en un 70% en los últimos 30 años y crece la preocupación.
Los montes de algarrobos, churquis, chañares, cardones, mistoles y breas, entre tantas otras especies originarias y vitales para el equilibrio ecológico de la región está disminuyendo peligrosamente.
La ambientalmente letal mano del hombre tanto como el efecto de los incendios forestales ha disminuido peligrosamente la superficie del bosque nativo en el extenso Valle Calchaquí. La indiferencia oficial, la falta de políticas proteccionistas y de información preventiva también hacen lo suyo para el 30% de la forestación natural y silvestre que va quedando ingrese en peligro de extinción.
Sacha Haro Galli hizo en junio de este año una petición en Change.org, la plataforma virtual más potente para reflejar las luchas sociales: «Otorgar urgente máxima protección al bosque nativo de Cafayate y el Valle Calchaquí» alerta la solicitud.
La petición ya cuenta con más de 38.000mil firmas.
Está dirigida al gobernador Juan Manuel Urtubey y solicita que se cumpla lo previsto en la ley de bosques N§ 26.331, es decir Categoría I (área roja en el mapa forestal) a través de la recategorización de los bosques nativos de Cafayate y los Valles Calchaquíes.
Buscan que esta región figure en rojo para que se puedan tomar las medidas que corresponden a un área convertida prácticamente en desierto. En las últimas tres décadas, debido a la ampliación de las explotaciones agrícolas, inmobiliarias y la construcción de un aeropuerto y un parque fotovoltaica, se perdió el 70% del bosque nativo. Ya en 2014 se hizo una petición a todas las autoridades municipales y provinciales para que se tomen medidas de protección estricta y efectiva a través de un reordenamiento territorial que priorice el impacto ecológico, posibilitando un desarrollo más sostenible y sustentable de la región. Cinco años después, se reitera el pedido pero con pérdidas cuantiosas que permiten prever una catástrofe ambiental a corto plazo si es que nadie reacciona.
Sacha Haro Galli sostiene que «Esperamos una respuesta contundente de las autoridades, es una decisión política la que necesita el bosque en extinción. Uno de los más graves problemas que afectan a nuestro ambiente semidesértico es la deforestación, ya sea por el desmonte descontrolado como por los tremendos incendios forestales de miles de hectáreas de los últimos años, y no fue reforestada ni una sola hectárea». Agregó: «No hay una acción unificada y concreta para frenar esta destrucción. Esto no significa frenar el progreso de la región, sino propiciar un desarrollo sustentable».
El bosque de algarrobos de Cafayate está a 1.660 msnm. Se extiende desde el límite del río Santa María, al pie de las dunas, hasta prácticamente la ciudad de Cafayate. En la zona próxima a las dunas se encuentran algarrobales muertos, parcialmente cubiertos por arena, de lo que se deduce que se hallan en equilibrio inestable, el cual puede ser alterado con facilidad, sobre todo por incendios.
Sacha y porque no le pedís a tu amigo almeda y porque no hiciste nada por los bosques cuando cuando eras secretario de medio ambiente