Por qué se recomienda con firmeza a la población utilizar los medios electrónicos de pago.
A pesar de que el Gobierno nacional decretó una cuarentena obligatoria de alcance nacional en un intento de frenar la tasa de contagios de coronavirus, imágenes de decenas de personas amontonadas en las filas de los cajeros comenzaron a repetirse en las redes sociales.
En la mayoría de los casos, se puede observar que no se respeta la distancia social recomendada de más de un metro para prevenir contagios. Por eso, muchos usuarios señalaron con indignación que todas las medidas de prevención dictadas por el gobierno no tienen sentido si se dejan de respetar en casos como estos.
El cajero puede servir para realizar otras operaciones además de retirar efectivo. Dado que ya se reabrió el clearing, puede ser utilizado para recibir depósitos de efectivo y de cheques, o también para responder consultas de saldos, hacer transferencias a otras cuentas, pagar facturas de servicios públicos y gestionar claves para homebanking, entre otros usos.
Sin embargo, desde las entidades financieras y el propio Banco Central se recomienda con firmeza a la población utilizar los medios electrónicos de pago. No obstante, este tipo de alternativas resultan especialmente complicadas para los adultos mayores, el principal grupo de riesgo ante virus originado en China.
El COVID-19 ha forzado a gran parte de los comercios a cerrar sus puertas cambiando así nuestras vidas cotidianas. La gente se ha preparado para la pandemia al abastecerse de víveres y suministros, mientras que algunos se han abastecido de efectivo. Pero, ¿es seguro usar los cajeros automáticos que dispensan esos billetes?
El nuevo coronavirus es una enfermedad respiratoria, por lo que se propaga típicamente por medio de gotitas en el aire. Cuando una persona infectada tose o estornuda, las gotas portadoras de partículas virales pueden caer sobre la nariz o la boca de otra persona o ser inhaladas.
Sin embargo, una persona también puede contraer el nuevo coronavirus si toca una superficie u objeto que tenga partículas virales y luego se toca la boca, la nariz o los ojos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La duración exacta de la vida del virus en una superficie — un poste, una baranda o incluso el dinero — depende de muchos factores, incluyendo la temperatura, la humedad y el tipo de superficie circundante.
Para descubrir cuántos gérmenes existen en los cajeros automáticos, el sitio web financiero LendEDU realizó una investigación científica y los hallazgos revelados por el estudio podrían ayudar a determinar si es seguro usar estas máquinas durante la pandemia global.
Después de probar 20 cajeros automáticos diferentes en la ciudad estadounidense de Nueva York, los especialistas descubrieron que un cajero automático promedio está más sucio que un picaporte de la puerta de un baño.
Para llevar a cabo esta investigación, LendEDU utilizó el Hygiena SystemSURE Plus, un dispositivo científico de última generación que analiza los gérmenes en una superficie determinada. Se toma un hisopo de esa superficie, luego se coloca en el dispositivo y se proporciona una lectura numérica.
“El equipo al que hace referencia el estudio se llama equipo de bioluminiscencia, es un equipo que permite detectar la cantidad de ATP, una forma de energía que tienen células o las bacterias en diferentes superficies. ¿Cómo funciona? Se pasa un hisopo estéril sobre una superficie que arrastra la mugre y genera una reacción química con dos enzimas. Se genera una determinada cantidad de luz que el equipo puede medir y traducir en un valor numérico. Esta reacción química es la misma que realizan las luciérnagas”, aseguró a Infobae el ingeniero Martín Piña, director de la carrera de Ingeniería en Alimentos de Fundación UADE.
Los expertos hablan de un “puntaje de germen”, y un puntaje de germen más alto indica una superficie más sucia. Como referencia, se recomienda una puntuación de gérmenes de 10 o menos para las superficies de establecimiento de alimentos.
Se probaron gérmenes en 20 cajeros automáticos diferentes de la ciudad de Nueva York, además de varias cosas en la ciudad, y los resultados fueron los siguientes: si bien los cajeros automáticos no estaban tan sucios como ciertas cosas, como una escalera mecánica en Penn Station o un parquímetro, estaban cubiertos de más gérmenes que cosas como el picaporte de la puerta de un baño y un poste de subte.
“Cualquier objeto que entre en contacto con nuestras manos es muy propenso a tener microorganismos. Estamos rodeados de un mundo invisible que no vemos y por eso la importancia de la correcta higiene de las manos y las superficies”, agregó el especialista.
Para Piña, es arriesgado decir cuánto tiempo dura el virus sobre las superficies presentes en un cajero automático. Pero independientemente de las especificaciones, el tiempo es mucho. “Otro dato interesante -continuó- es que si bien este equipo da un indicador de que las superficies de los cajeros están contaminadas con microorganismos, uno podría asumir que en el caso de que una persona infectada manipule un cajero, va a dejar depositado el virus en los botones, en la pantalla táctil y en el lector de tarjetas, así como lo deja depositado en un picaporte, en un envase de alimento o un celular. Por ende no está de más adoptar las medidas de higiene adecuadas”.
A fin de cuentas, el puntaje promedio de gérmenes de un cajero automático es de 286, mucho más alto que el puntaje de 10 que se recomienda para las superficies de establecimientos de alimentos y debería hacer que la gente haga una pausa para preocuparse.
¿Cuál es la parte más sucia de un cajero automático?
Después de que los 20 cajeros automáticos en Nueva York fueron analizados en busca de gérmenes, los investigadores se propusieron develar cuál era la parte más sucia de un cajero automático. ¿El lector de tarjetas? ¿La pantalla táctil? ¿El teclado?
Resulta que el lector de tarjetas es el componente más sucio de un cajero automático, con un puntaje promedio de gérmenes de 423. El teclado promedio tenía un puntaje de gérmenes de 267, la segunda parte más sucia, mientras que la parte más limpia era la pantalla táctil, con una puntuación promedio de 168.
No es sorprendente que los cajeros automáticos a la calle estuvieran bastante más sucios en comparación con los cajeros automáticos ubicados en el interior de los bancos.
Curiosamente, sin embargo, el lector promedio de tarjetas de cajero automático bancario era significativamente más sucio que el lector de tarjetas de cajero automático externo. Esto podría deberse simplemente a que los cajeros automáticos del banco se usan a una tasa mucho más alta que los cajeros automáticos que puede encontrarse en la calle.
Otras de las variables que se compararon incluyeron las áreas de alto tráfico o de bajo tráfico en las que se ubicaban los aparatos. Para hacer esto, probaron 10 cajeros automáticos en Times Square y sus alrededores, quizás el área más cargada de turistas en la Gran Manzana, y 10 cajeros automáticos en West Village, una parte de la ciudad no tan concurrida. Los cajeros automáticos de alto tráfico en promedio eran más sucios en general en comparación con los cajeros automáticos de bajo tráfico.
¿Cuál es la mejor forma de pagar las cuentas?
En primer lugar, se recomienda no entrar en pánico si no tiene efectivo a mano, ni apresurarse al cajero automático más cercano para abastecerse de divisas. La razón por la que algunas personas lo sugieren es porque existe el temor de que los cajeros automáticos pudieran quedarse sin dinero durante la pandemia de COVID-19 debido a que los consumidores realizan retiros masivos de efectivo.
Además de eso, hay una gran cantidad de formas de realizar transacciones en 2020 que no sean pagos en efectivo. Las tarjetas de crédito y débito seguirán siendo suficientes, los teléfonos inteligentes tienen tecnología para pagar o se pueden descargar aplicaciones de procesamiento de pagos.
“La recomendaciones son las de siempre: mantener una distancia mayor a un metro, el correcto lavado de manos, usar alcohol en gel particularmente en estas ocasiones y evitar las aglomeraciones esperando afuera. Podría uno decir que utilicemos lo más que podamos los medios electrónicos de pago, aunque para mucha gente mayor eso se complica”, sostuvo en diálogo con este medio el infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectologia,
Qué tan contaminados pueden estar los billetes es una de las muchas preocupaciones que los consumidores pueden tener al considerar las implicaciones financieras del coronavirus y la forma en que interactúan con los bancos.
La Organización Mundial de la Salud rechazó recientemente un informe publicado en medios de comunicación británicos que señalaba que la agencia de la ONU había vinculado el COVID-19 con el dinero en efectivo.
Según señaló la portavoz de la OMS, Fadela Chaib, en declaraciones a través de correo electrónico a MarketWatch, la agencia de las Naciones Unidas “no” dijo que el efectivo estaba transmitiendo el nuevo coronavirus. “Tergiversaron nuestras palabras”, aseguró.
En declaraciones publicadas por la agencia Europapress, la portavoz trató de aclarar los comentarios sobre un artículo ampliamente citado en medios de comunicación del Reino Unido que apuntaba que la OMS había dicho que “los billetes podrían estar propagando el nuevo coronavirus” y que “los clientes deberían lavarse las manos después de tocar los billetes porque el virus infeccioso puede aferrarse a la superficie durante varios días”.
El informe de los medios también decía que la OMS había sugerido a los clientes que usaran pagos sin contacto. “Nos preguntaron si pensábamos que los billetes podrían transmitir COVID-19 y dijimos que la gente debería lavarse las manos después de manipular dinero, especialmente si manipula o come alimentos, pues es una buena práctica de higiene”, agregó.
Para el ingeniero Piña, si bien el uso de guantes es controversial, todo depende de cómo se utilicen. “Si sabés que puede haber presencia de coronavirus en el objeto que vas a tocar -en este caso un cajero automático- podés separar la tarjeta de débito antes, ponerte guantes de latex y hacer toda la manipulación con los guantes sin tocarte la ropa ni la cara. Una vez realizada la operación, guardar la plata y la tarjeta en el mismo bolsillo, salir y descartar los guantes. Si llegó a existir la presencia del virus en el cajero, la misma quedó en los guantes descartados. Es importante que una vez en casa, desinfectemos la tarjeta y la ropa que usamos. Esto es un rifa: cuántas más acciones implementemos nos desprendemos de números para no salir sorteados», concluyó.