Es la suba que regirá desde diciembre y hasta febrero, cuando se produzca la entrada en vigencia de la nueva fórmula propuesta por el Gobierno. El aumento sería inferior a la inflación proyectada para todo 2020.
El Gobierno anunció que un aumento del 5% para diciembre, enero y febrero de las jubilaciones, pensiones y demás prestaciones sociales. Lo noticia, dada por el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y la titular de la ANSeS, Fernanda Raverta, confirma que se consolida el ajuste del gasto social. Ocurre que la mejora estará por debajo de la inflación del trimestre, que arrancó en octubre con una suba del IPC del 3,8% y que con las subas de precios previstas para noviembre y diciembre podría rondar el 10% o más.
Es una caída del poder adquisitivo que afecta a unas 18 millones de personas, sumando a los jubilados, pensionados, AUH, Asignaciones familiares, las pensiones no contributivas y la PUAM (Pensión Universal al Adulto Mayor).
La jubilación mínima bruta pasa de $ 18.129 a $ 19.035 mensuales. Son 906 pesos más.
Con este 5%, en el año las jubilaciones y prestaciones sociales acumularán un aumento de entre el 24,2% y 35,3%, según los rangos de haberes. A octubre, la inflación en 10 meses fue del 26,9%. Con la suba de los precios que se prevé para noviembre y diciembre, la inflación promedio anual podría superar el 37% punta a punta, a fin de año.
Estas cifras invalidan la afirmación que hizo este miércoles Santiago Cafiero, quien aseguró que »el 75% de los beneficios previsionales le ganan a la inflación y estamos recomponiendo las pérdidas que se arrastraban desde 2018 y 2019, pérdidas reales con la fórmula del gobierno anterior (de Mauricio Macri)».
Los aumentos por decreto fueron de entre 3,75% y 12,96% según los rangos de haberes, en marzo, del 6,12% en junio, 7,5% en septiembre y en diciembre 5%, sin contar los bonos extraordinarios ($ 13.000) que recibieron los que menos ganan y que no se integraron a los haberes.
Así para igualar la inflación, previendo las subas de noviembre-diciembre, el aumento debería haber sido superior al 7% para los haberes mínimos y bien mayor para el resto. Para las jubilaciones máximas, más del 15%.
Con este aumento, las jubilaciones y pensiones más bajas no solo no recortan sino acrecientan la pérdida de 2018 y 2019 que fue del 19,5%, que afectó a todos los beneficios, mientras las medianas y más altas retroceden aún más.
Sin embargo, horas antes del anuncio, el Presidente Alberto Fernandez, en declaraciones radiales, dijo. «No queremos que los haberes queden debajo de la inflación. Ese es un compromiso que yo asumí y lo voy a cumplir».
Este aumento es el último por decreto porque el Gobierno prevé que el proyecto oficial de movilidad sea aprobado por el Congreso y empiece a regir a partir de marzo, con aumentos semestrales.
Por otro lado, para diciembre la fórmula suspendida hubiera arrojado un 4,48%. Así para todo el año hubiese sido un incremento del 42% para todos los beneficios. Los aumentos hubieran sido en marzo (11,56%), junio (10,89%), septiembre (9,88%) y diciembre (4,48%).
En tanto, para 2021, con la fórmula de movilidad oficial propuesta, los aumentos serán cada 6 meses y la ANSeS proyecta que las jubilaciones y demás prestaciones sociales tendrán un aumento del 11,9% en marzo y del 18,2% en septiembre. Entre diciembre 2020 y diciembre 2021, un aumento del 32,2%, superior al 29% que prevé de inflación el Presupuesto Nacional para el año próximo. Con estos supuestos, las jubilaciones y prestaciones sociales tendrían punta a punta, una pequeña mejora del 2,5%.
Sin embargo, el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) – de la que participan consultoras y entidades bancarias-proyecta para 2021 una inflación muy superior: 48,9%. Con este dato, las jubilaciones y prestaciones sociales tendrían una enorme caída. Y la fórmula oficial no incluye ningún reajuste por inflación si la suba de los precios supera a los aumentos de haberes otorgados.
Esta caída se produciría porque el 11,9% de aumento previsto de marzo de 2021 no tendría casi cambios porque toma en cuenta lo que pasó con la suba de salarios y la recaudación tributaria con destino a la ANSeS entre julio y diciembre de 2020, algo que ya está en los supuestos del organismo previsional para hacer su estimación para 2021.
Luego habrá que esperar hasta septiembre para el próximo aumento, con lo que hasta ese mes la suba de las jubilaciones y prestaciones sociales sería de sólo el 11,9%, contra una inflación de enero a septiembre que podría rondar más del 30%.
En septiembre, la estimación del aumento de la ANSeS es del 18,9%, en base a la evolución de las dos variables entre enero y junio de 2021. Con una inflación ascendente, y mayores salarios y recaudación nominales, el aumento de las jubilaciones podría ser mayor al 18,9%, pero no alcanzaría para compensar la pérdida de ingresos de los beneficiarios del sistema de los meses anteriores a septiembre ni la pérdida durante los 6 meses posteriores, antes el siguiente aumento en marzo de 2022.
La única garantía para que los beneficios no caigan en términos reales es que la fórmula tenga una clausula de ajuste automático según la inflación y que los aumentos se apliquen como mínimo cada tres meses