Una década contando al mundo la historia de la vid y el vino del Valle Calchaquí y este domingo habrá una celebración desde las 20:00.
El Museo de la Vid y el Vino, de Cafayate, cumple 10 años y hay sobrados motivos para festejarlo.
Desde la dirección, Adriana Rodríguez Balut, recordó que el museo fue creado como un ámbito que promueve el conocimiento de todas las personas que lo visitan cualquiera fuese su edad, a través de recursos estéticos y narrativos que tratan de envolver emocionalmente al público.
“Desde sus comienzos hasta ahora el museo se ha transformado en un referente para la vitivinicultura y un centro cultural para Cafayate, convirtiendo su patio en un teatro, en escenario de artistas, músicos, bailarines de diversos estilos, en galería de arte a cielo abierto, en salones de vino de grandes y pequeños productores”, detalló la directora que presenta en esta primera década de festejos, una serie de actividades culturales.
El Museo de la Vid y el Vino, dependiente de la Subsecretaria de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura de Salta, ofrecerá en la ciudad de Cafayate una serie de festejos, este domingo a partir de las 20.
El primero de los eventos será la presentación de un mapping en la fachada del museo realizando un resumen de los 10 años de trayectoria. En el Mes de la Mujer, también se recordará a las representantes destacadas de Cafayate.
En distintos puntos de la ciudad, la música y la danza le dará vida a este festejo con la presentación de Iskay Huayra, un dúo instrumental de aerófonos andinos formado por Ema Díaz y Fernanda Catacata; Lautaro D‘Amico, un joven bandoneonista cafayateño interpretando temas de foclore y tango; Los de Cafayate, un grupo de folclore tradicional que está cumpliendo 57 años de trayectoria; Lapachos integrado por Gustavo Córdoba, Marcelo Rojas Montero y Diego Garzón y y Mi KarMa González, una conocida banda de reggae salteña con más de 15 años de trayectoria integrada por Miqueas, Carlos y Marcuza.
Con motivo del festejo el ingreso a las salas del museo será a partir de las 15 :00 hasta las 22:00 con entrada libre y gratuita.
El Museo
Emplazado en la antigua bodega bautizada como Bodega Encantada, el museo tiene el acervo de conservar los bienes, los valores y el patrimonio cultural del lugar.
Al comenzar a transitar su interior, en primer lugar se enaltece a la Vid, que guarda en su memoria la influencia del suelo, del agua, de la altura, de la cantidad de días de sol, pero sobre todo de la mano de mujeres y hombres que cuidan y protegen las viñas cada día para que den su mejor fruto. En la sala Memoria del Vino se pone en valor el patrimonio cultural, la forma que tiene toda una región de hacer vino, respetando sus costumbres y tradiciones. Ya que el vino es más que mosto de uva fermentado, es un proceso lleno de magia donde se conjuga procedimientos, formas de prensado, control de frío o de calor del mosto, mediciones en laboratorio y por sobre todo creatividad que experimenta el enólogo hasta lograr el vino que fue pensado por todos los trabajadores en sus diferentes oficios. El vino muestra la identidad de la zona, de Cafayate y del Valle Calchaquí y el museo no solo su proceso sino también sus sabores con una cava de la bodegas de región, única.
“Nos visitan turistas de todos lados y lo más gratificante es el asombro de turistas franceses e italianos que viven en la cuna mundial del vino, pero les parece sumamente atractiva la forma dinámica y entretenida en la que se describe la vitivinicultura de nuestra provincia a través de las salas del museo”, destacó Adriana Rodríguez Balut, directora del Museo de la Vid y el Vino, que en la actualidad advierte los cambios de los primeros años de este espacio a la relación que ha logrado entablar con los cafayateños.
“Durante los primeros años no fue fácil. Nos encontramos con que los cafayateños creían que el museo era solo para turistas y bodegueros por lo tanto, decidimos salir a los barrios para realizar actividades culturales con los vecinos y así lograr romper con ese mito”, agregó la directora. De esa forma surge el proyecto “Un mural, una historia” en donde se realizaron murales colectivos, bajo la dirección de artistas de Salta y de Cafayate, con la idea de poner en valor la vitivinicultura del valle y reforzar la identidad del lugar. Así se empezó a transformar el museo en un centro cultural para Cafayate.
“Durante todo este tiempo, llenos de aventuras y desafíos, se logró aumentar un 500% la concurrencia de visitantes locales a los eventos anuales que realizamos como ser Día Internacional de los Museos”, destacó.