La pediatra del hospital de Cafayate, TeresIta Royano, fue la víctima del primer caso denunciado de violencia laboral y de género en el hospital de Cafayate. En dialogo con nuestro medio relató cómo vivió el nuevo episodio que terminó con una trabajadora internada en Salta.
Aunque asegura que seguirá trabajando de forma particular, la pediatra Teresita Royano, este viernes se despidió del Hospital de Cafayate luego de más de 32 años de trabajo.
En un valiente testimonio y conmocionada por el delicado estado de salud en el que se encuentra su compañera N.M., habló con RadioCafayate.com de la violencia que vio y también sufrió en el ámbito laboral del Hospital de Cafayate y que llegó a extenderse a lo personal.
En el último tiempo Royano estuvo a cargo de la Gerencia de Atención a las Personas y ocasionalmente asumía la Gerencia General cuando el titular, Carlos Vargas, debía ausentarse.
En uno de esos ocasionales interinatos en la gerencia del hospital, relata que tuvo que tomar una decisión dentro del ámbito laboral que generó una molestia del médico de la guardia, Aníbal Baeza, y desencadenó el lamentable hecho de violencia.
¿Qué fue lo que la llevó a hacer la denuncia contra el médico?
– Lo que pasó fue que el día anterior a la agresión yo estaba como gerente general de manera temporaria y tuve que tomar una decisión sobre una tarea que debía hacerse. Al otro día el doctor Baeza estuvo alrededor de 45 minutos insultándome y diciendo cosas que ya pasaban al plano de lo personal y no quise aguantar más esa situación.
Fue un monólogo de reprochar cosas que hacía, que no hacía porque no estaba de acuerdo con mi decisión, fue una situación muy violenta y dolorosa y surgió la denuncia porque fueron muchas cosas las que se dijeron.
Luego de este momento, Royano comenta que ese día se fue a su casa, pidió no ir a trabajar al día siguiente y cinco días después, el 8 de febrero, realizó la denuncia en Salta en el Colegio de Médico ante el tribunal de ética y posteriormente vía web en la fiscalía de Cafayate.
¿Como actuó Carlos Vargas frente al hecho de la agresión a usted?
– Él estaba parado ahí tratando de que se aclare la situación y cuando (Baeza) seguía con los gritos y las agresiones, el escuchaba y llamaba y traía a quien teóricamente se le habían dado las ordenes a cumplir y carearme con los otros profesionales que estaban ahí. Él estaba ahí escuchando todo. Se supone que la persona debía defenderme y preservar las cosas íntimas, no lo hizo.
Al día siguiente Royano decidió presentar la renuncia al cargo y tomar su licencia que, por los años que tenía le correspondía más de un mes y medio. Cinco días más tarde realizó la denuncia penal contra el médico.
También pidió la devolución de los días que ella había cubierto a otros compañeros con la esperanza de poder acogerse a la otra licencia que existe al momento de generar los trámites de jubilación. Comentó que no tenía ganas de volver a trabajar en ese ámbito.
Durante este tiempo, según comentó Royano, tanto el Gerente del Hospital, Carlos Vargas, como el médico Aníbal Baeza, realizaron publicaciones en las redes sociales “de muy mal tino” las que logramos que se den de baja gracias a las presentaciones de mi abogada ante la fiscalía y la jueza que ordenaron esa medida.
“Creo que el directivo nunca debería haber tomado esa conducta, de esta forma tan desleal ya que la nota que subió a las redes no sumaba ni justificaba los hechos y demostraba también que no se conocía de sobremanera como debían manejarse estos tema de problemática de violencia de género.” Comentó Royano.
Las publicaciones en redes a las que hace referencia la médica ahora jubilada del hospital aducían a que una nota del medio periodístico El Expreso de Salta había sido orquestada por Royano porque, según Baeza, le habían sacado el cargo jerárquico: “Yo nunca participé de esa nota, ni siquiera me llamaron», aclaró la profesional.
Royano asegura que lamenta mucho lo ocurrido porque entiende que justamente en pandemia es cuando la conducción de un hospital debería contener al equipo de trabajo que está en primera línea y eso claramente no ocurrió en Cafayate.
Para Royano la responsabilidad también la cabe al Ministerio de Salud ya que no se realizó un control desde el caso uno y dejaron que llegara a lo que pasó ahora con N.M:. que es un caso de violencia que debe terminar ya y que no puede haber más violencia en el hospital ni en ningún ámbito laboral.
«La institución no trabajó con los protocolos necesarios, no se puede revictimizar a las personas que sufren este tipo de violencia y esto demuestra un desconocimiento total de estas políticas», expresó Royano.