Desde hace casi seis años que la famosa planta adoquinera impulsada por el intendente de Cafayate, Fernando Almeda, solo ha generado gastos millonarios para el municipio y no ha producido un solo adoquín de calidad aceptable y que dure más de siete meses.

En mayo de 2016 el Concejo Deliberante, en una votación que había terminado 3 a 3 y que terminó siendo definida por el entonces presidente Guillermo Pastrana, dio vía libre al desembolso por parte del municipio de 2 .100.000 pesos para realizar una compra directa de una maquina adoquinera.

Lo que fue publicitado como amplio beneficio para las arcas municipales  porque se dejaba de comprar adoquines para pasar a producirlos a precios menores terminó siendo un verdadero fiasco. Con ese pretexto se realizó una polémica compra directa sin concurso de precios ni licitaciones.

Por supuesto se pagó más caro de los que se la podría haber adquirido, pero como en otras ocasiones se trabajó con el apuro y a los empujones los concejales de aquella época le hicieron el juego a las maniobras del Intendente Almeda y del entonces secretario de Obras Públicas, Ignacio Carón.

Si la compra directa ya era una irregularidad manifiesta, la cosa  empeoró al comprar la maquina en más de dos millones de pesos cuando el límite permitido por la Ley de contabilidad de la provincia era infinitamente inferior a ese monto y menos aún con lo permitido en la Ordenanza municipal que regula las adquisiones y que en ese momento establecía un monto de 5.000 pesos para compras sin el proceso de licitación, compulsa de precios o presentación de factura proforma por parte de los fabricantes.

Lo cierto es que tras un apuro inexistente la maquina llegó un año después de la irregular compra y nuca produjo adoquines que puedan ser utilizados en las destrozadas calles de Cafayate.

En síntesis: se compró mal y caro una maquina que no sirvió para solucionar el problema de las calles y solo le hizo perder tiempo y mucha plata a los cafayateños.

Fondos

La Serenata a Cafayate es un gran aporte de dinero al municipio que bien manejado puede generar y promover una mejor calidad de vida para todos los cafayateños.

Lamentablemente, los fondos generados por el querido festival, fueron mal administrados en un proyecto con poco o nulo estudio previo y a las apuradas con excusas insolitas y envuelto en una enorme cantidad de sospechas en la transparencia de los procesos de la compra. En esto los concejales de aquel entonces que aprobaron el fiasco tienen mucha responsabilidad.

Las rendiciones de lo que genera la Serenata a Cafayate nunca se presentaron en tiempo y forma y los cafayateños tuvieron que quedarse solamente con lo que afirmaba el intendente sin un documento confiable que lo sustente.

Entrega de la máquina adoquinera

Luego de más de un año y de tres denuncias penales contra Almeda por malversación de caudales públicos, la máquina adoquinera llegó en mayo de 2017 a un galpón que curiosamente no estaba terminado.

Durante enero y marzo de 2017 las obras estuvieron totalmente paradas y en los meses que si se trabajó no fue suficiente para dejar operativa la planta para cuando llegara la maquinaria.

Compra de Motoniveladora

Como si nada hubiera pasado y con una fábrica que producía adoquines defectuosos que debieron ser cambiados a los 7 meses de ser colocados, en 2019 un nuevo «apuro» y otra vez avalado en el Concejo Deliberante el proyecto de comprar de una nueva máquina y de la misma forma irregular que la practicada en 2016: Compra directa de una motoniveladora por un monto de 25.500 dólares estadounidenses, que en ese momento rondaba los 15.68 pesos. Es decir por un valor de 399.840 pesos.

No está demás señalar que el municipio ya contaba con una máquina igual que ni siquiera se pensó en venderla para cubrir parte del nuevo gasto

¿Y la ordenanza de régimen de compras?, bien,gracias.

Nuevamente,  en esta compra que ya se sabía necesaria un año antes, realizada con la “urgencia de reparar las calles para los vecinos”,  se volvió a prescindir de un obligatorio proceso de licitación que, por lo menos, garantizaría alguna transparencia en la compra. 

El 11 de abril de 2019 la mayoría del Concejo Deliberante se hizo responsable una vez más de una decisión unipersonal del intendente que llevaría a dilapidar el supuesto superávit, nunca rendido, del manantial de dinero que aparentemente resulta ser la Serenata a Cafayate.

Costos del proyecto

Al día de hoy, se calcula que el municipio lleva gastado como mínimo 4 millones de pesos en montar la fábrica y producir adoquines de mala calidad.

• Máquina adoquinera: 2.100.0000 pesos
• Motoniveladora: 399.840 pesos
• Construcción del Galpón estimado: 400.000 pesos.
• Producción de 100 metros de adoquines estimado: 300.000 pesos

Mantenimiento de la máquina

Actualmente la fábrica de adoquines no funciona ya que el municipio no cuenta con los fondos para comprar el repuesto que se rompió de la máquina. Al momento se desconoce con certeza el estado de la misma ya que nunca se presentaron los informes técnicos requeridos al ejecutivo por el concejal Avellaneda desde hace un año

Es decir en 6 años el municipio gastó más de cuatro millones en un proyecto que no mejoró en nada la situación de los cafayateños.

Tan mal estaban hechos los cálculos y las proyecciones de la idea que el emprendimiento ni siquiera puede solventar el costo de un repuesto. Todo eso fue avalado por concejales que se dejaron empujar por los «apuros» del ejecutivo.

Alquiler de la fábrica

El miércoles 9 de junio de este año los cafayateños se dieron con que después de toda esta inversión, la fábrica pasaría a manos del empresario, Julio Ricardo Lavaque, quién no pagar{a nada al municipio por tres años,  en otra maniobra totalmente llena grises, tirando a oscuros.

En esta nueva maniobra se le da a un privado la potestad de explotar la fábrica a gusto y placer por 20 años, teniendo 3 de gracia en los que el adjudicatario no pagará nada más que los servicios e impuestos.

El canon mensual, a partir del tercer año, está pactado en 150 mil pesos que se actualizarán anualmente según el Índice de la Construcción del INDEC. Es decir, que recién en el cuarto año de contrato el empresario empezará a pagar este monto actualizado.

Protestas y presentaciones

Desde que se conoció la noticia de la cesión de la fábrica, organizaciones sociales, funcionarios del municipio y gran parte de la comunidad se mostraron indignados con la decisión del intendente y estas maniobras poco confiables,

El joven Fabio Guaimas, conocido por sus acciones sociales, pidió realizar una marcha en esta semana en repudio a la entrega del patrimonio de los cafayateños.

Otras organizaciones sociales también se mostraron en contra y apoyarán cualquier acción que permita frenar esta maniobra.