El administrador apostólico de Cafayate, monseñor Pablo Hernando Moreno OSA, envió un mensaje a la comunidad ante la ordenación sacerdotal del diácono Adrián Gonzalo Castro.
En un mensaje dirigido a la comunidad, el administrador apostólico de Cafayate, monseñor Pablo Hernando Moreno OSA, compartió con los fieles su «inmensa alegría» por la ordenación sacerdotal del diácono Adrián Gonzalo Castro. La ceremonia de ordenación será el sábado 26 de junio, de manos del obispo auxiliar de Tucumán, monseñor Roberto Ferrari.
«Mi primer pensamiento es darle gracias a Dios por tener en nuestra Prelatura un nuevo sacerdote, nacido en la localidad de San José, siempre tan nombrada y visitada por guardar en la parroquia, la imagen de San Roque, venerada en todo el Valle Calchaquí. En su pueblo natal escuchó la invitación del Señor Jesús para seguirle en el seminario, primero en Salta y terminado en Tucumán», recordó.
«Sus padres Ramón y Sofía, como su hermana Nancy, siempre participan activamente en la parroquia. Su madre pertenece a la Liga de Madres y ha sido presidenta de dicha institución. Damos gracias a Dios por su familia, profundamente cristiana, que ha sido generosa para permitir que su hijo pudiera seguir la vocación sacerdotal y le han acompañado durante toda su carrera», expresó.
«Deseo recordar a nuestro querido diácono Gonzalo y a todos los sacerdotes, religiosos y religiosas de nuestra prelatura las enseñanzas de nuestro papa Francisco, cuando nos recuerda algunos rasgos de nuestra vida consagrada al Señor Jesús», continuó.
Y señaló que en una homilía dirigida a un grupo de jóvenes sacerdotes, el Papa les recordaba: «Ser sacerdote es jugarse la vida por el Señor y abrirse a las sorpresas de una vida consagrada a Él». Al respecto, consideró: «Cada uno de nosotros debemos estar abiertos a las insinuaciones del Espíritu Santo, que nos van marcando el camino de cada día y la meta a la cual debemos aspirar siempre».
Por otra parte, citando el mensaje de la Jornada de Oración por las Vocaciones de este año, recordó: «Es el amor el que da sentido a la vida, porque revela su misterio. La vida, en efecto, sólo se tiene si se da. Sólo se posee verdaderamente si se entrega plenamente. San José tiene mucho que decirnos a este respecto porque, a través de los sueños que Dios le inspiró, hizo de su existencia un don». Y animó: «También nosotros debemos hacer de nuestra propia vida un servicio para Dios y para los demás».
Para conservar y acrecentar este regalo que Dios nos ha concedido amorosa y gratuitamente, afirmó monseñor Moreno, «debemos mantenernos firmes en la oración, para estar unidos siempre al Buen Pastor. ‘Si no permanecemos estrechamente conectados a Él, nuestra pesca no podrá tener éxito. ¡Recen siempre, se lo recomiendo!’, recordaba el Santo Padre a un grupo de nuevos sacerdotes».
Y en la homilía a los jóvenes sacerdotes, subrayó el Papa: «El sacerdote siempre está en camino. Nunca podrá sentirse satisfecho ni podrá apagar la inquietud saludable que le hace extender las manos hacia el Señor para dejarse formar y llenar. Debe estar siempre actualizado y permanecer abierto a las sorpresas de Dios. En esa apertura hacia lo nuevo, los sacerdotes jóvenes pueden ser creativos en la evangelización, frecuentando con discernimiento los nuevos lugares de la comunicación».
«Igualmente les recomendaba acercarse a la comunidad, escuchar sus inquietudes y compartir con ellos las alegrías y tristezas: ‘La vida presbiteral no es un trabajo burocrático ni un conjunto de prácticas religiosas o una liturgia a la que asistir. Ser sacerdote es jugarse la vida por el Señor y por los hermanos, llevando en carne propia la alegría y las angustias del Pueblo, invirtiendo el tiempo en escuchar para sanar las heridas de los demás, ofreciendo a todos la ternura del Padre'», citó.
Estas breves reflexiones acerca de la oración, de la formación permanente y de la cercanía a la comunidad, valoró el administrador apostólico, «nos ayudan a todos los consagrados a mantenernos en la fidelidad al Señor, que nos llamó a su servicio».
«Recordemos las palabras del papa Francisco en su mensaje de la Jornada Vocacional: ‘La fidelidad. José es el ‘hombre justo’, que en el silencio laborioso de cada día persevera en su adhesión a Dios y a sus planes. Esa fidelidad es el secreto de la alegría. ¡Qué hermoso sería si esta atmósfera sencilla y radiante, sobria y esperanzadora, impregnara nuestros institutos religiosos y nuestras casas parroquiales'», animó.
Finalmente, invitó a todos «a permanecer en oración por el nuevo sacerdote que el Señor nos regala para fortalecer nuestro servicio evangelizador y para fomentar la fraternidad entre todos los agentes pastorales que trabajamos en la Prelatura».
Fuente: https://aica.org/index.php