La victoria de Juntos en la Ciudad, encabezada por María Eugenia Vidal, fue rotunda pero dejó un sabor agridulce. La ex gobernadora bonaerense logró sostener los votos de Ricardo López Murphy y le sacó más de 20 puntos al Frente de Todos, pero no creció de las PASO ni llegó al 50 % anhelado para igualar los resultados de las legislativas de 2017 y alcanzar la octava banca en Diputados.
«No pudieron con nosotros. Ganaron nuestros valores, nuestros principios, nuestra dignidad. Los argentinos no tienen dueño y no se venden”, aseguró Vidal, pasadas las 22, desde el escenario montado en el búnker de Costa Salguero, cuando con más del 98 % de las mesas escrutadas, el resultado provisorio indicaba un triunfo de Juntos por el Cambio con el 47%; un punto y medio menos que lo obtenido en las PASO de septiembre.
El factor clave del estancamiento fue el libertario Javier Milei, quien de la mano de crecimiento de participación en las urnas pegó un salto de 4 puntos entre las primarias y las generales: del 13% al 17%.
Igualmente, Juntos por el Cambio duplicó en votos al candidato del Frente de Todos, Leandro Santoro, que rondaba el 25 %.
El oficialismo porteño se impuso en 14 de las 15 comunas. La única excepción era la 8va, correspondiente a Soldati y Lugano, bastión del peronismo.
«Logramos sostener los votos de López Murphy y Adolfo Rubinstein, eso ya es un triunfo», señalaba un dirigente del equipo de Vidal.
Murphy reapareció en política después de 10 años para buscar un cargo electivo y Larreta logró contenerlo para que compita por dentro de la interna de Juntos por el Cambio. En las PASO había cosechado 11 puntos.
En su discurso, el «bulldog» se mostró completamente alineado al espacio. “Me siento muy honrado de estar aquí y haber llegado a una banca en el Congreso. No es el tiempo de disputar candidaturas, eso en el 2023. Ahora, a consolidar la coalición y ser alternativa de Gobierno”, declaró. Al igual que el histórico discurso de Ricardo Alfonsín, terminó citando el preámbulo de la Constitución.
Los oradores solo fue interrumpidos por momentos con cánticos de «el voto no se compra» y «volveremos otra vez, volveremos a ser gobierno en el 2023». No hubo globos ni carteles.
Los principales oradores también apuntaron al oficialismo. “Esta noche es un mensaje muy claro al Gobierno, ojala escuchen de verdad. Los argentinos le dijeron mayoritariamente que ‘así no’. Le dijeron ‘basta’, ‘cambien’, ‘escuchen’, sentenció Vidal.
«Nosotros no somos sus jefes, somos sus empleados», agregó mirando al público, en lo que sonó a una alusión a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a la que los militantes del oficialismo llaman «la jefa».
A sus costados, la escoltaron el ex presidente Mauricio Macri, el líder radical porteño Martín Lousteau, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; el único dirigente que no era candidato que habló.
“No es una noche de festejo, por el contexto del país, pero sí de esperanza”, destacó Larreta, artífice clave de la candidatura de Vidal.
La discusión por su vuelta a la Ciudad, le costó enfrentamientos internos el primer tramo de la campaña a la ex gobernadora bonaerense. No solo ella necesitaba de esta victoria contundente, sino también Larreta, quien más arriesgó con el enroque de Vidal a la Ciudad y Diego Santilli a la Provincia.
La dirigente endureció su discurso anti kirchnerista notablemente y sorprendió cuando se mostró a favor de la movida para quitarle la presidencia de la Cámara de Diputados al Frente de Todos, aunque la decisión, aseguran, saldrá de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio. Tampoco adelantó la postura respecto a la idea de Alberto Fernández de llamar a un acuerdo con la oposición.
“No hubo una convocatoria formal ni informal. Y si hay, Juntos por el Cambio va a decidir qué paso seguir. No hay individualidades, vamos a decirlo juntos. Pero primero tiene que haber un acuerdo entre todos los integrantes del mismo Frente de Todos y no puede ser una convocatoria sobre la agenda que tenían antes de esta elección”, advirtió Vidal, minutos más tarde, en un contacto con los medios presentes.
Más tarde, cuando ya no había dirigentes en el escenario, el público también dedicó un cántico a ese punto. «Con (Sergio) Massa no se habla», entonaron en un pogo improvisado.
A pesar de la buena elección, Juntos por el Cambio pierde 3 diputados nacionales por la Ciudad.
En esta elección ponían en riesgo 10 de las 13 bancas totales que le corresponden al distrito porteño. El número es tan alto porque renovaban los 8 diputados electos en 2017 por la lista de Elisa Carrió, más los 2 que entraron por la lista del ahora socio radical, Martín Lousteau.
Para retener todo, tenían que haber sacado más del 60% de los votos y sabían que eso era imposible. Con los resultados de esta elección entran 7 diputados: Vidal, Tetaz, la «lilita» Paula Oliveto, López Murphy, Carla Carrizo (Lousteaucista), Fernando Iglesias, Sabrina Ajmechet (una apuesta de Patricia Bullrich).
El objetivo de llegar al 50 % buscaba no solo empardar la elección legislativa de 2017 que llevó a Elisa Carrió como candidata, sino poder conseguir la octava banca: la del lilito Fernando Sánchez, que finalmente se quedó afuera del Congreso.
Las bancas restantes se las llevan: 3 el Frente de Todos, 2 Avanza Libertad y 1 la Izquierda con Myryam Bregman.
Fuente: Clarín