Se trata de una forma de acopiar residuos secos (por lo general, envoltorios) dentro de botellas descartables, para utilizarlos luego como verdaderos ladrillos.
En esta propuesta de “volvernos verdes”, la generación de basura es un verdadero problema. Aunque sea conocida la Regla de las 3 R, no logramos todavía pasar del conocimiento a la acción, y r lo tanto, seguimos obedeciendo cotidianamente al “use y tire donde sea” como lema general.
Opciones hay muchas, y las hay para todos. Todos los envases y bolsas que tenemos en el hogar y que no se pueden reciclar, o que tardan años en degradarse, pueden ser tranquilamente un elemento para la construcción.
Una opción real y cercana es la fabricación de los ECOLADRILLOS, en su versión doméstica. Se trata de una forma de acopiar residuos secos (por lo general, envoltorios) dentro de botellas descartables, para utilizarlos luego como verdaderos ladrillos (en la construcción de paredes, o como relleno para un contrapiso, o para construir asientos donde irán amurados los ladrillos).
¿Cómo hacer? Lo primero a tener en cuenta es que la botella debe estar limpia y seca. Es importante también, saber que dentro de la botella se pueden depositar solamente los residuos que NO SE PUEDEN RECICLAR, todos limpios y secos.
¿Qué se puede introducir en un ecoladrillo? Es simple: envases de galletas, arroz, azúcar, fideos, golosinas, etc; sorbetes; papel film; bolsas de plástico; colillas de cigarrillos (todos son materiales que no se pueden reciclar).
¿Qué no hay que poner? Hay que evitar los residuos orgánicos. Todo lo que se coloque dentro del futuro ladrillo ecológico debe estar limpio y seco, para evitar que e ladrillo se rompa por acción del gas que generan los residuos orgánicos al estar “encerrados” en un recipiente. Tampoco se puede poner telgopor, aluminio, arena, telas, esponjas, cosas de látex, metales.
Es muy importante compactar bien los residuos desde que se comienza a llenar la botella, ya que para ser un ladrillo debe ser rígido y firme, de lo contrario no puede ser utilizado para la construcción. A medida que se va llenando la botella, hace falta presionar los residuos para lograr la firmeza necesaria, y al mismo tiempo, podremos ver la cantidad de basura que generamos día tras día.
Los ecoladrillos ofrecen la ventaja de proporcionar un aislamiento térmico hasta 5 veces superior a los ladrillos convencionales, y por eso permite la construcción de muros de menor espesor. El mayor beneficio ambiental es el ahorro en el transporte de basura, pero también aporta metros cúbicos de plástico a la construcción, y con ello evita que termine en los vertederos. A esto hay que sumar que reduce la cantidad de materiales destinados al relleno en las construcciones.
Existe otro tipo de ladrillo ecológico, del tipo del adobe, pero con cemento y tierra arcillosa y fina. Otro tipo es el ladrillo PET, que se fabrica con 20 botellas descartables cada uno; este tipo de ladrillo ecológico se fabrica en nuestro país con la metodología de fabricación de los bloques de cemento y arena, que se reemplaza por las partículas del plástico de las botellas descartables, y además de actuar como aislantes térmicos, son más livianos que los bloques convencionales y tienen buena resistencia al fuego, siendo recomendables para realizar cerramientos.
El ecoladrillo doméstico es fácil de hacer. En nuestro Cafayate, el grupo Scout “Nuestra Señora del Rosario” ya está en acción, produciendo sus ecoladrillos, que son una expresión de respeto por el Medio Ambiente. Una vez más, DE NOSOTROS DEPENDE…!!!
Por Mirian G. LAMAS RIVERO