En algún momento de su recorrido todos los teléfonos se vuelven lentos. Esta es una condición implícita, sobre todo en los equipos con un hardware de brazo corto. Sin embargo, no hay que darlos por perdidos ya que se pueden rehabilitar con algunos ajustes. En esta nota, cinco trucos para dejar el celular a punto y recuperar la velocidad perdida.
Entre las principales causas del deterioro de un móvil aparece la falta de espacio para organizar la información. En el lapso de 2 años -plazo en donde comienzan los cortocircuitos- el móvil lleva acumulada tanta basura digital que su desempeño se resiente.
Otra posibilidad es que tenga aplicaciones muy pesadas que requieren más memoria de la que se dispone para su ejecución. A esto se le suma la actualización del sistema operativo, que muchas veces no responde correctamente en teléfonos de gama baja.
La primera acción preventiva será cortar la corriente del antivirus, si es que está en uso. Estas aplicaciones escanean el dispositivo constantemente en busca de archivos maliciosos o irregularidades y se llevan todos los recursos a la rastra.
Reiniciar el celular, el primer paso
Los móviles con Android están preparados para permanecer siempre encendidos. Sin embargo, en algún momento, la pantalla puede quedar tildada por una aplicación que no logra cerrarse o algún error puntual.
Y aunque en algún momento habrá que considerar el salto a uno nuevo, todavía se puede lograr que tire un poco más. Una opción simple y con alto porcentaje de éxito consiste en apagar el teléfono y volverlo a encender unos minutos más tarde.
Uno de los grandes mitos tecnológicos –que se aplica a tabletas, computadoras y celulares- es apagar y volver a iniciar un producto para resolver sus problemas de forma prodigiosa.
Más allá de la leyenda, con el reinicio, la batería se calibra y el sistema operativo se depura, ya que realiza una limpieza interna de archivos y es probable que los pequeños errores se diluyan. De persistir las complicaciones, habrá que recurrir a cirugía mayor.
Eliminar apps preinstaladas
La mayoría de los teléfonos vienen con una serie de aplicaciones cargadas por el propio fabricante (se las conoce como bloatware) que requieren memoria y espacio, no se pueden remover del sistema, aunque sí anularlas.
Estas apps se disimulan en la partición del sistema, por lo que borrarlas no es tan sencillo. Sin embargo, al inhabilitarlas, dejan de aparecer en el cajón de aplicaciones y ya no se pueden activar. Por tanto, no usan memoria de la CPU y no se seguirán actualizando.
Para proceder, habrá que ir a los ajustes del móvil y escoger Aplicaciones. Seleccionar de la lista la que se quiere quitar y probar con Desinstalar. Si no autoriza, elegir Forzar Cierre. También habrá que cancelar todos los Permisos que se le hayan concedido.
Borrar caché oculta
La caché oculta de Android, como señalan desde AVG, es un área temporal en donde se compilan imágenes, reportes de fallos, archivos, scripts de aplicaciones y retazos web que se visitan con frecuencia, para no tener que realizar la carga de forma recurrente.
Y si bien este método acelera la ejecución, llega un punto en donde estos depósitos se saturan. Los datos antiguos no se eliminan en forma automática y se suman otros de forma continua. Y aunque son archivos pequeños, a la larga, se convierten en un lastre.
El pasaje más directo es ir a Ajustes y de allí, hasta Almacenamiento. Al pulsar sobre la tabla que muestra los niveles de ocupación, se desglosa los porcentajes que ocupan fotos, audio, documentos, aplicaciones, videos y sistema. Y a partir de estos valores, proceder a su depuración.
Algunos terminales, como Samsung o Xiaomi, incorporan un método de limpieza propio, aunque bastante superficial. La idea es vaciar estos tachos semanalmente.
Y si bien hay una legión de apps que se dedican a pulir a fondo cualquier remanente, no son nada recomendables. Además de robar datos personales e instalar spyware, están preparadas para engañar al usuario con nuevos productos que se descargan sin permiso.
Dentro de las excepciones figura Google Files que ayuda a deshacer archivos basura y SD Maid, que brinda una colección de herramientas que, con diferentes niveles de intensidad, rastrea archivos duplicados, fotos pesadas y registros obsoletos.
Modo recovery, la última opción
Que el equipo se reinicie a repetición o se quede “congelado” en la pantalla de inicio es una mala señal. La única forma de rescatarlo es a través de Android Recovery, una herramienta diseñada para formatear, reparar y actualizar el firmware del dispositivo.
Todos los móviles Android incluyen un modo recovery. Se trata de un entorno de ejecución independiente, que funciona en una partición separada del sistema operativo y que se activa pulsando teclas físicas.
Esta combinación varía según marca y modelo. Algunos fabricantes comparten el mismo método, que consiste en presionar al mismo tiempo el botón de encendido y subir volumen.
Es ideal para realizar un restablecimiento de fábrica o limpiar la caché, sin necesidad de ingresar al software de Android. Las opciones más comunes que se muestran en pantalla son:
-Reboot system now: intenta reinicia el dispositivo.
-Wipe data/Factory reset: Borra todos los datos almacenados y restablece el teléfono a su estado original de fábrica.
-Apply update from ADB: este modo permite conectar el dispositivo a la PC y comunicarnos con el dispositivo mediante comandos ADB.
-Wipe cache partition: Borrar todos los datos temporales y archivos relacionados con las apps del terminal.
Ajustes ocultos
En el teléfono, como explican de Kaspersky Lab, hay una serie de ajustes ocultos, reservados para que los desarrolladores tengan un mayor control sobre ciertos elementos.
Y si bien son considerados como una medida avanzada, no hay que tener miedo. En Opciones del desarrollador, se incluyen tres ítems que deben permanecer sin tilde: procesos en segundo plano, ventana de escala de animación y representación GPU.
El sistema operativo de Google está pensado para llenar toda la memoria RAM con diferentes procesos. Mientras algunas aplicaciones utilizan el segundo plano para ejecutarse más rápidamente, otras lo aprovechan para enviar notificaciones push.
La desactivación de animaciones ayuda al teléfono a mostrar las aplicaciones con más fluidez y ocupar menos memoria. Mientras que la unidad de procesamiento de gráficos (GPU) del teléfono muestra las aplicaciones en lugar de la representación de software. Esto puede hacer que la interfaz de usuario sea mucho más rápida y utilice menos memoria.