Así lo explicó la psicopedagoga, Laura Rodríguez Torres, en el programa En Modo Mañana y comentó cuales son las posibles causas y como actuar.
El bullying es el acoso por parte de un grupo de personas hacia otro que está en condiciones desiguales y se da en el ambiente escolar.
Sus formas más comunes son el maltrato físico, psicológico o verbal, se tiene que sostener en un tiempo determinado y en forma reiterada. Aunque hoy también se ven en el aula, el bullying sexual, social y, el que se extiende fuera del ámbito escolar y prosigue en las redes sociales, denominado, cyberbullying.
Tipos de Bullying
Acoso físico: El acosador golpea, empuja o utiliza algún instrumento para hacer daño físico a su víctima. También puede esconder sus cosas.
Acoso verbal: Consiste en insultar, poner motes, hacer amenazas o provocar a otro niño.
Acoso social: Este tipo de bullying se produce cuando el acosador decide aislar a su víctima difunde rumores, convence a otros niños para que no hablen con él o lo humillan en público para que el acosado se sienta aislado.
Acoso sexual: Son todas las acciones que tienen que ver con los actos sexuales (como tocamientos no consentidos).
Acoso por internet o cyberbullying: Es un tipo de acoso escolar que ocurre a través de celulares u otros dispositivos electrónicos. En estos casos el acosador suele enviar mensajes desagradables; difundir rumores a través de las redes sociales o imágenes y vídeos denigrantes así como crear perfiles falsos que pueden resultar embarazosos.
Diagnóstico
La detección del bullying es muy complicada, ya que es muy frecuente que los niños lo oculten por vergüenza en el ambiente familiar y no pidan ayuda a nadie de su entorno. Por este motivo, sólo son detectados los casos que no se pueden ocultar por la gravedad de las lesiones o de los síntomas.
Los niños más vulnerables al bullying suelen ser percibidos como diferentes por el resto de niños. Los menores son incapaces de defenderse y el acosador los percibe como una persona débil, poco popular y con pocos amigos.
Algunas alarmas que pueden indicarnos que están sufriendo acoso escolar, es el desgano por las actividades escolares, cambio de humor repentinos, llantos, baja autoestima, el deseo verbalizado de no ir a la escuela, y también los más visibles, golpes, robos o rupturas de sus pertenecías, por eso debemos estar atentos a los cambios de conductas habituales de nuestros hijos y, sobre todo, escucharlos, no minimizar diciendo “que son cosas de chicos”
Ante estas alertas, es muy importante que se informe la situación con celeridad, al docente y a los directivos escolares para que, entre todos, se pueda trabajar en detenerla.
Causas
Las causas más habituales del bullying tienen que ver con educación primaria que reciben los chicos en las casas. La ausencia de valores, de límites y reglas de convivencia en el hogar suelen ser los principales motores de las actitudes violentas de los hijos, que ven a la intimidación y la violencia como medios de resolución de conflictos.
or lo general el acosador escolar no tiene empatía y, por lo tanto, es incapaz de ponerse en el lugar del acosado y ser sensible a su sufrimiento.
Tratamientos
Es muy importante que exista una intervención simultánea sobre los individuos, sus entornos familiares y la institución educativa. Sin embargo, influyen numerosos factores socioculturales que escapan al ámbito educativo y que, a menudo, hacen difícil esta tarea.
Sin embargo, las escuelas tienen la obligación de fomentar la comunicación entre alumnos y docentes. Evitando que los casos de maltrato sean invisibles para el personal de la institución. También es importante trabajar la temática del acoso en clases, fomentar la empatía, la comunicación y hablar con las familias involucradas.
Dependiendo de cada caso, también se podrá requerir el estudio individual de la víctima y del acosador, además de un abordaje conjunto por parte de diferentes especialistas.
Consecuencias del Bullying
Los daños que causa este ejercicio de violencia, trae mútiples dificultades en distintos planos de la personalidad en la infancia, los más recurrentes son:
- Problemas de memoria, dificultad en la concentración y atención y descenso del rendimiento escolar.
- Depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, etc.
- Dificultades para dormir, pesadillas o insomnio.
- Aislamiento social, apatía e introversión.
- Mantenerse en estado de alerta de manera constante.
- No querer ir al colegio, ni juntarse con otros niños.
- Faltar al colegio de forma recurrente.
- Sentimientos de culpa y asunción de responsabilidad de los hechos.
- nductas de huida y evitación.
- Negación de los hechos e incongruencias.
- Llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas.
- Miedo a perder el control o a estar solo.
- Síntomas como temblores, palpitaciones, inquietud, nerviosismo, pesimismo, etc.
- Ideas e intentos de suicidio.
Por Laura Rodríguez Torres- Psicopedagoga.