En un momento en que no se ha comenzado a reciclar masivamente el plástico (hay que tener en cuenta que la actividad es relativamente nueva), se ha “descubierto” que reciclar el plástico no tiene sentido desde el punto de vista económico, ya que es más barato hacer plástico nuevo, que reciclarlo.
Por ejemplo, se necesitan unos 1000 envases reciclados para hacer un banco para sentarse. Entonces, la cuestión puede no ser “reciclar o no reciclar”, es decir que la verdadera solución no está en reciclarlo, sino en NO USARLO, o bien, USARLO MENOS.
Actualmente se tiran más de 15 millones de toneladas de plástico por año. Sin embargo, hay que saber que hay distintos tipos de plástico, que no pueden reciclarse al mismo tiempo ni de la misma forma, y que hay plásticos que ya son una mezcla de otros plásticos que a su vez ya no es posible reciclar.
Sobre esta situación, aportamos algunos datos:
La mayoría de las botellas de plástico están hechas de polietileno de alta densidad., que en general se recicla en un 5% del total de mil millones de kg de plástico.
El plástico de las botellas usadas para bebidas no alcohólicas es un tipo de poliéster, que se recicla para hacer alfombras, para fabricar el relleno de las bolsas de dormir o camperas o trajes de poliéster (se necesitan unas 30 botellas para confeccionar un traje, aproximadamente). Este tipo de botellas es la más reciclada, alrededor de un 20% del total.
En un solo año, se necesitan unos 22 millones de barriles de petróleo y unos 950 mil metros cúbicos de gas natural para fabricar envases plásticos únicamente.
Ante este panorama, ¿qué podemos hacer?
En primer lugar, informarse. Es un derecho del consumidor, saber qué tipo de plástico se usa para el envase del producto que se adquiere. En este sentido, la industria ha comenzado a enumerar o a codificar de algún modo, los distintos tipos de plástico; estos símbolos están por lo general en la base del envase, pero…hay que desconfiar. Siempre existe la posibilidad de que, con fines comerciales, se usen códigos para persuadir al consumidor de que el plástico del envase no es tan malo como otros.
Las botellas de gaseosa, en general, están hechas de tereftalato de polietileno.
Los envases de leche, de detergentes, de aceite para motores, etc, están hechos de polietileno de alta densidad.
Las tarjetas de crédito, las botellas de shampoo, de aceite comestible, y de agua, están hechas de cloruro de polivinilo (PVC).
Las bolsas de plástico y el recubrimiento termoaislante están hechos de polietileno de baja densidad.
Los envases de yogur, los sorbetes están hechos de polipropileno.
Los envases para alimentos están hechos de poliestireno; son los envases de telgopor.
Finalmente, el plástico mezcla está compuesto de varios tipos de plástico mezclados, juntos o en capas intermedias, y ninguno es reciclable.
Así las cosas, es importante tener en cuenta que EL RECICLAJE DE LOS PLÁSTICOS ES DIFERENTE EN CADA LUGAR, y sobre todo, QUE NO SIEMPRE SE RECICLA.
Entonces, ¿qué hacemos con los plásticos?
Las opciones son varias:
Evitarlos.
Usarlos en menor medida.
No usarlos ni favorecer su uso.
Usar nuestros propios envases ( los retornables), y nuestras propias bolsas para compras.
Son acciones pequeñas, que harán el gran cambio. Y ésa es la mejor manera de cuidar el medio ambiente. Una vez más, DE NOSOTROS DEPENDE.
Por Mirian G. LAMAS RIVERO