La Física define la energía como “la capacidad de realizar un trabajo mecánico”, y uno de los principios generales de esa energía, es que NO SE PIERDE, SINO QUE SE TRANSFORMA. Y los seres humanos lo hemos aplicado y lo seguimos aplicando en la vida cotidiana, pues somos usuarios de alguna forma de energía cada día de nuestras vidas.
Ahora bien, los especialistas dicen que, en tanto usuarios de la energía, podemos influir en el medio ambiente, con una acción bien simple: USANDO CORRECTAMENTE y MANTENIENDO EN BUENAS CONDICIONES LOS APARATOS DOMÉSTICOS. El problema es que poco se sabe respecto de cómo hacerlo, porque en realidad está faltando información sobre el tema.
Los siguientes datos deben llevarnos a la reflexión:
Desde 1970, ha habido un aumento de un 25% en el consumo de la energía, en todas sus formas.
El uso racional de la energía eléctrica en el mismo porcentaje, reduciría el gasto en la energía equivalente a la proporcionada por más de 20 usinas.
Más de la 4ª parte del consumo de la energía en zonas urbanizadas se debe solamente al uso de los aparatos de enfriamiento (heladeras o freezer).
Sobre las heladeras o freezer:
Si se mantienen unos 5° por debajo de lo recomendado, consumen u 25% más de energía.
Si tienen doble puerta, en consumo se duplica.
Si están llenos, consumen menos energía.
Sobre las cocinas:
Si se usan los recipientes CON TAPA al cocinar, se ahorra entre un 20 y un 30% de energía.
Cada vez que se abre la puerta del horno, al cocinar, el calor interior disminuye entre 15° y 25°, y el proceso de recuperación de la temperatura interna insume y consume más gas, es decir más energía y más dinero.
Los hornos de microondas consumen unos 2400 Kw/h, y en nuestro país la electricidad es más cara que el gas.
Las ollas d vidrio o cerámica, o aleaciones metálicas, absorben el calor, por eso consumen menos energía.
Ante este panorama, ¿qué podemos hacer?
Aquí van algunas recomendaciones:
No ubicar las heladeras cerca de las fuentes de calor.
Controlar el cerramiento de las heladeras (revisar los burletes, y cambiarlos si es necesario)
Controlar las heladeras viejas, para evitar pérdidas del gas CFC que se usa en su sistema de refrigeración.
No abrir la heladera o freezer a cada rato.
No amontonar los alimentos dentro de los aparatos de enfriamiento, porque ello dificulta la circulación del aire interno, y en consecuencia obstaculiza el enfriamiento.
Las hornallas deben tener llama azul; si es amarillenta, hay derroche de combustible y también de energía.
Usar los recipientes tapados, al hervir los líquidos.
Cuando un líquido comienza a hervir, reducir la llama al mínimo. La ebullición seguirá su curso, pues el líquido ha alcanzado el punto de hervor.
No abrir a cada rato la puerta del horno.
Si usa cocina u horno eléctrico, apáguelo antes de terminar la cocción: el calor propio del sistema de funcionamiento mantiene el calor y terminará de cocinar los alimentos. Lo mismo sucede con las ollas de aleación.
Usar el lavarropas con la carga completa; algunos de ellos tienen la opción de “media carga”, entonces hay que usarla convenientemente.
No calentar el agua para lavar ropa; usar agua tibia en su reemplazo.
Limpiar el filtro del lavarropas.
Si usa aire acondicionado, graduar la temperatura. Si enfría o calefacciona un ambiente de golpe, se consume más energía.
Mantener el sistema de aire acondicionado, limpiando los filtros cada 2 meses si el uso es constante.
Si usa plancha para la ropa, verificar el correcto funcionamiento del termostato para no derrochar energía.
Reducir el uso de las planchas de vapor, ya que consumen más energía.
Apagar la plancha antes de concluir la tarea de planchado, pues el calor de la plancha permitirá seguir planchando hasta enfriarse.
Como se ha enumerado, tenemos muchas opciones para contribuir al cuidado del medio ambiente desde nuestro quehacer cotidiano. Hay que empezar, nomás. ¡DE NOSOTROS DEPENDE!