Dice un antiguo proverbio que “Sólo percibimos el valor del agua, cuando el pozo está seco”. En el lugar que habitamos, urbanizado y con servicios, no tenemos problemas de suministro de agua, es más, nos damos el lujo de derrochar.
En muchos casos, los hogares cuentan con una ducha, con agua fría y agua caliente. Una larga ducha caliente resulta placentera, pero debería pesarnos en la conciencia por la sensación de derroche de agua, y eso sucede porque:
Una ducha normal insume entre 20 y 25 litros de agua por minuto. (Saque la cuenta de su propio consumo!!!)
Lo ideal sería no gastar más de 5 litros por minuto, en la ducha. Las duchas representan el 25% del total del consumo doméstico de agua.
Hay una serie de medidas que es urgente tener en cuenta, y ellas son:
Averiguar si su ducha es de bajo caudal. La prueba del balde es altamente eficaz: abra la llave de la ducha, llene el balde con agua de la misma y controle el tiempo que tarda en llenarse; si el balde se llena en menos d 5 minutos, necesita regular el caudal.
Hay duchas llamadas “de flujo turbulento”, que se utilizan para masajes; éstas permiten distintos tipos de caudal, y contribuyen a disminuir el consumo de agua.
Con una ducha de bajo caudal durante 5 minutos, un grupo de 4 personas ahorraría unos 50 mil litros de agua por año, y en la sumatoria resulta un ahorro realmente importante.
Así las cosas, es bueno saber que existe una forma de ahorrar agua (y también energía y dinero), a través de dispositivo simple y eficaz, que permite reducir a la mitad el consumo del agua durante la ducha: el REGULADOR DE FLUJO HÍDRICO. Un poco de información es relevante: existen 2 tipos de duchas de bajo control:
Con aire, que mantienen un flujo estable a igual o mayor presión que en la ducha común.
Sin aire, que no mezclan el agua con el aire, pero sí conservan el caudal y brindan un flujo fuerte de agua.
Igualmente, resulta muy importante saber que si los recursos económicos escasean a la hora de incorporar el regulador de flujo en la ducha (y también en el grifo de la cocina), siempre es bueno recordar que usar el agua en forma intermitente (mojar, cerrar la ducha, jabonar, abrir la ducha para enjuagar) es una de las formas más prácticas de ahorrar el agua. Así que, una vez más, DEPENDE DE NOSOTROS.
Por Mirian G. LAMAS RIVERO