No lo vemos, no lo olemos, no tiene sabor, no se disuelve en agua, no se evapora, y resiste altas temperaturas, pero hace unos 20 años que no está permitido su uso en nuestro país…¿de qué estamos hablando, si parece tener tantas bondades y virtudes?
Hay un elemento presente en nuestras vidas, cuya presencia es, por lo menos, preocupante. Dice la OMS que el ASBESTO es un verdadero peligro para la salud pública.
¿Qué es este peligroso elemento?
Se trata, nada más y nada menos, que del AMIANTO. Se calcula que la mitad de los decesos laborales por cáncer son causadas por el amianto (o asbesto), y varios miles de las muertes se atribuyen a la exposición doméstica a este elemento
Hay distintos tipos de amianto: blanco, azul y marrón y es un grupo de seis minerales fibrosos que la industria utilizó en su momento, para elaborar materiales de construcción, utilizados a su vez en estructuras y edificios antiguos, levantados antes del año 2003 y que ha sido prohibido, desde ese año.
Estos minerales fibrosos, resistentes al fuego, la corrosión y el calor, es un tipo de fibra mineral que no se degrada ni desaparece tan fácilmente. Sus fibras son microscópicas que, al ser inhaladas, pueden causar enfermedades pulmonares como la mesotelioma (es un tumor maligno que afecta a la membrana que recubre los órganos internos del cuerpo como los pulmones, el corazón o el abdomen), la asbestosis (tejido cicatrizado en los pulmones) y cáncer de pulmón, estómago, páncreas y riñones, puesto que se depositan en los tejidos, causan daños irreversibles y generan enfermedades de todo tipo, según un informe elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación en 1999.
Todos los tipos de asbesto son probadamente cancerígenos
Un ejemplo de asbesto es el fibrocemento, que es una mezcla de cemento y asbesto, uno de los materiales de construcción más usados en nuestro país para construir placas aislantes para paredes y techos, tuberías y tanques.
El verdadero problema del asbesto es la gran cantidad de hogares que siguen teniendo en su infraestructura (tanques, tuberías, tejas, etc.), pero además y fundamentalmente, es el transporte y la disposición final de los elementos construidos con fibrocemento.
Al seccionar un material que contiene asbesto, se liberan al ambiente gran cantidad de fibras flexibles que permanecen suspendidas en el aire, por eso se considera más peligroso retirarlo que dejarlo, sobre todo si no se toman las medidas de seguridad adecuadas, a cargo de personal especializado, y cuidando su disposición final como “residuo peligroso”.
El asbesto sigue siendo un problema de salud pública, sobre todo en los edificios públicos antiguos, den los trenes de construcción anterior al presente siglo. Es realmente importante tomar conciencia de que los riesgos químicos NO DISCRIMINAN A NADIE, por eso debemos cuidarnos como comunidad: el asbesto no es sólo un problema de una industria en particular, pues también está en los hogares.
¿Qué podemos hacer para saber si hay asbesto en una casa?
Una mirada general, en cada caso, nos permitirá tomar conciencia: en las paredes, los enlucidos decorativos pueden contenerlo. En los pisos, si las baldosas tienen una apariencia aceitosa, posiblemente contienen una mezcla de alquitrán y asbesto. El vinilo también lo contiene.
En los techos, si se ven fibras blanquecinas o grisáceas, pueden contenerlo, también en los sistemas ignífugos, los aislantes y las tuberías, si son muy antiguos. Las placas de revestimiento externo y el adhesivo utilizado para unir esas placas y por supuesto los hechos de fibrocemento.
Además de la prohibición, la OMS propone una serie de acciones para evitar la exposición al asbesto, como identificar y etiquetar tanto los productos como los edificios que lo contienen, controlar el tiempo de exposición de las personas en horarios laborales y el nivel de asbesto en el ambiente, retirar cuidadosamente de los edificios, los productos que tienen asbesto y tratarlos como residuos de alta peligrosidad.
Todos tenemos derecho a vivir confortablemente, pero también, y sobre todo, a vivir en condiciones sanitariamente correcta. Por eso es importante el asesoramiento, a la hora de remover y descartar los elementos antiguos de las construcciones.
Nuestra salud lo exige, y como conocer es fundamental para actuar en consecuencia, todo DEPENDE DE NOSOTROS.
Por Mirian G. LAMAS RIVERO