San Francisco Solano es también santo patrono protector de la familia.
Cada 24 de julio la Iglesia Católica celebra el Día de San Francisco Solano, patrono del folclore nacional por la pasión que demostró por la música y sus notables aptitudes en la ejecución del violín y la guitarra, que le permitieron establecer un profundo contacto con las comunidades aborígenes del noroeste.
Nació en Andalucía, España, en 1549. Se formó con los Jesuitas, pero luego se incorporó en la orden de los Fraciscanos. Llegó a América en 1589 y recorrió durante más de dos décadas el continente, pasando por Perú, Paraguay y Uruguay. En Argentina visitó territorio salteño, Tucumán, Santa Fe, Córdoba y las poblaciones ubicadas a lo largo del Río de la Plata. Usaba con mucha destreza la palabra y la música, como instrumentos para llegar con su predicación a los pueblos.
De acuerdo a la leyenda, fue San Francisco Solano el sacerdote que alertó a los pobladores de Esteco que si seguían con esa vida la ciudad sería destruida.
La iglesia San Francisco Solano, de El Galpón, alberga su imagen. El templo se construyó en 1839. Luego se trasladó a unos 500 metros de ese lugar, en 1872.
En 2015, un sismo de 5,9 grados dañó seriamente la antigua estructura de la parroquia de El Galpón, por lo que tuvo que ser demolida para levantar una nueva.
Según los historiadores, en 1604 volvió a Lima (Perú) donde pasó sus últimos días. El 14 de junio de 1610 -señalan- varios pájaros se posaron en su ventana y sonaron misteriosamente las campanas de la iglesia de Loreto. San Francisco murió el día de San Buenaventura. Su proceso de canonización se abrió a los 15 días y lo canonizaron el 27 de diciembre de 1726. Se conmemora el 24 de julio el Día de San Francisco Solano, por ser la fecha en que comenzó a investigarse su vida y su vasta obra que incluye cientos de milagros.
Mientras predicaba en La Rioja -cuentan desde AICA- llegaron unos nativos salvajes a atacar a la población. San Francisco Solano salió con un crucifijo y habló a los atacantes en su propia lengua, obteniendo que se detenga el ataque. Poco después los atacantes se convirtieron.