Cada 7 de agosto una importante cantidad de fieles se reúnen en el templete para agredecer y pedir por trabajo.
Cayetano de Thiene fue un presbítero que nació el 1° de octubre de 1480 en la región italiana de Vicenza. Su familia era la de los condes de Thiene, y de allí el nombre con el que es conocido.
Estudió Derecho en la Universidad de Padua y en 1506 se dirigió hacia Roma para seguir su vocación religiosa. Trabajó como secretario privado del papa Julio II y, tras la muerte de este, se preparó para sacerdote. Fue instruido como tal en 1516.
Además de profesar el catolicismo, propuso para el ejercicio de esta fe una serie de ideas que se planteaban como renovadoras y que, a la larga, dejaron huella. La práctica asidua de la oración y de la comunión en tanto Santísimo Sacramento fueron algunas de ellas.
Algunos de los mayores hitos de su vida se dieron cuando fundó la sociedad Oratorio del Amor Divino y la Orden de Clérigos Regulares Teatinos. Con las mismas, buscó dar un ejemplo de austeridad y plantear una renovación en el clero.
Cayetano era conocido por ayudar a los pobres y a los enfermos de las ciudades que visitaba y por instar a sus pares a renunciar a sus bienes y a vivir de las limosnas.
Se dice que, hacia el final de su vida, cuando enfermó gravemente, se negó a que colocaran un colchón sobre las tablas que usaba a modo de cama. Finalmente, murió el 7 de agosto de 1547 a los 66 años.
La oración para pedir y agradecerle a San Cayetano
A San Cayetano, cuidador y defensor de los pobres y de los enfermos, se le pide por pan y por trabajo: dos conceptos de los cuales es considerado el patrono.
Oración a San Cayetano
¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las naciones; Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.
Santísima Trinidad, ¡Oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad, te pido por los míos casa, vestido y sustento.
Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud que guíe nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti confío. Tu Divina Providencia se extienda a cada momento para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el último momento.