Se trata de Benjamín Mamaní, de 29 años, que decidió donarle el pelo a su tía abuela, la que tristemente falleció antes de poder recibir la peluca.
Sin dudas la solidaridad de los cafayateños se hace evidente en cada momento donde lo requiera algún vecino o institución. Una muestra de este es el caso de Benjamín Mamaní que en comunicación con este medio, comentó sobre su experiencia de donar cabello a la Fundación de Hemato Oncología Pediátrica, una ONG sin fines de lucro, que brinda ayuda a los niños y niñas con cáncer y que les brinda tratamiento hemato-oncológico de la Provincia de Salta.
Benjamín cuenta con mucha emoción que hace unos años, su tía abuela Eva Madgalena Mamaní fue diagnosticada con cáncer y fue por esto que decidió de hacer crecer su cabello para donárselo y hacer una peluca oncológica.
Fue así que a partir la decisión del joven tuvo dos tareas en paralelo, por un lado acompañó a su tía abuela en su tratamiento y por otro el cuidado diarío de su cabello. El tiempo pasaba para ambos, Benjamín afianzaba su intención de donar y fue interiorizándose en el proceso de la enfermedad y como afectaba el cuerpo de su querida «Magu», como le solía decir.
Fue un triste día de mayo del 2022, cuando a la edad de 68 años, doña Eva Madgalena Mamaní dejaba este mundo lo que para la familia Mamaní no sólo era una pérdida física. Para Benjamín, también significaba un nuevo interrogante con respecto al producto del esfuerzo de hacer crecer su pelo: ¿A quién se lo donaría ahora?
El proceso de duelo y asimilación le llevó un tiempo en el que sirvió para vizlumbró una nueva oportunidad de ser solidario. La familia de Benjamín decidió contactar a la Fundación H.O.P.e. donde conoció el trabajo de varias personas y como él podía sumarse con la donación de su cabello para colaborar con la creación de pelucas oncológicas destinadas a los niños y niñas con cáncer.
Así fue que el jueves 28 de septiembre, Benjamín Mamaní viajó a Salta, fue a la peluquería y se cortó su larga cabellera: unos 35 centímetros aproximadamente que, aunque su tía abuela «Magu» no estaba con él, sabía que ella estaría feliz por la decisión que había tomado de ayudar a esos niños que día a día luchan contra esa dura enfermedad, esa que, muchas veces, se lleva a las personas que más queremos.
Por José Alejandro Ayusa.