Una de las industrias que se ha desarrollado más notoriamente en los últimos años, es la denominada “industria sin chimeneas”, es decir, el TURISMO.
Se define como turista a la persona que visita un lugar determinado, voluntariamente, y toma servicios indispensables durante su estadía (alojamiento, comida, entretenimiento). Se reconoce, también, el impulso económico que representa el turismo para la economía regional. En ambos casos, son verdades indiscutibles, sobre todo en los lugares, como nuestro pueblo y el Valle Calchaquí, que se han constituído en destinos turísticos de preferencia.
El turismo, además, es una forma de divulgación y rentabilidad de parques y reservas, pero también puede ser un agente de destrucción de la Naturalez hay muchos lugares que han sido degradados ambientalmente por la inconducta del turista, que ha contaminado y arruinado lugares que en su momento han sido destinos turísticos importantes, y que hubo que cerrar para poder preservarlos y recuperarlos. Los parques y áreas de reserva (en general, todas las áreas protegidas), son cada vez más buscados y requeridos por los turista las estadísticas dicen que el lugar ideal para vacacionar, es el que tiene árboles, algún río o lago, y un hospedaje.
En algunos países, como USA, existe el voluntariado ambiental; estas personas se ocupan del cuidado de las áreas protegidas y de controlar la conducta de los visitantes a través del cumplimiento de las reglas establecidas para permanecer en esos lugares, en estrecha colaboración con los guardias ambientales estatales.
Han surgido, y se han afianzado con los años, lugares que permiten el contacto directo con el medio ambiente. En esos lugares se han instalado alojamientos considerados ecológicos, que son bungalows o cabañas rústicas que permiten el pernocte de los turistas que realizan actividades como el avistaje de animales autóctonos, caminatas o senderismo, entre otras actividades.
Sin embargo, no hace falta ser turista para visitar lugares agrestes. Sí, hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones al realizar esta actividad, que nos permite conocer nuestro entorno, y valorarlo para poder cuuidarlo y defenderlo.
Aquí, algunas de ellas:
- No perturbar a los animales, sobre todo, si tienen cría.
- No recoger flores ni ramas. Tampoco lastimar los árboles con inscripciones o leyendas.
- Acatar la prohibición de encender fogatas. Si está permitido, apagarlo con mucho cuidado.
- Pasear a pie, siempre con un guía especializado o baqueano.
- NO DEJAR BASURA DE NINGÚN TIPO.
- RECORDAR QUE UNO NO ES DUEÑO DE LA NATURALEZA, SINO UNA PARTE DE ELLA. COMPÓRTESE COMO TAL.
La mejor actitud de cuidado del ambiente, es dejar el lugar como lo encontró. Este pensamiento de sustentabilidad y sostenibilidad, permitirá que las siguientes generaciones puedan disfrutar del paisaje natural, como lo hacemos nosotros. Demostrar solidaridad y humanismo, es indispensable. Y eso, DEPENDE DE NOSOTROS únicamente.