Mucho se ha dicho de los beneficios que proporcionan los árboles al ambiente, especialmente las especies autóctonas de cada lugar.
Se dice que amortiguan los ruidos, que fijan el suelo, que sirven de hogar para las aves, que nos protegen de los rayos del sol, que proporcionan importantes beneficios psicológicos, que absorben dióxido de Carbono y lo almacenan en la madera, al mismo tiempo que liberan vapor de agua y oxígeno… y que regulan la temperatura ambiente.
Un estudio realizado sobre la capacidad termorreguladora de los árboles y su importancia para los microclimas ha llegado a la conclusión de que las zonas arboladas mantienen entre 2 y 4 veces más fresco el ambiente, que las zonas sin árboles.
A pesar de esta verdad, resulta incomprensible que se realicen intervenciones sobre las especies arbóreas…erradicándolos de calles, paseos, parques y plazas de las zonas urbanizadas. Con el agravante de que es una práctica tan habitual como contraproducente.
¿Qué hacen los árboles con el calor?
El proceso es simple: al momento que capta la radiación solar, absorbe los fotones (es decir la energía luminosa y calórica) de tal modo que son termorreguladores. Por eso, un día caluroso se atempera a la sombre de un árbol, pudiendo reducir el riesgo de insolación en más del 50%.
Los árboles ayudan a descender la temperatura del llamado efecto “isla de calor”, que se produce en las zonas urbanas debido a la presencia del hormigón, el asfalto y otros materiales que absorben calor. De ahí que si las especies plantadas son las adecuadas a la zona, la temperatura puede llegar a descender entre un 20% y un 40%, lo que se traduce en una reducción de temperatura en un promedio de entre 0,5°C y 1,5°C. la forma en que logran los árboles ese descenso en la temperatura, es mediante la regulación de los procesos de transpiración y enfriamiento por medio de unos órganos especiales llamados ESTOMAS, células especializadas presentes en las hojas, que pueden abrirse o cerrarse limitando así La cantidad de vapor de agua que se evapora. Y a eso se suma que la transpiración estimada varía entre 5 y 15 litros por día y por árbol, siempre según las condiciones meteorológicas (fundamentalmente, la radiación solar).
En momentos de alta temperatura, el calor afecta también a los árboles, en tanto seres vivos. Por eso es tan importante que la provisión de agua sea más frecuente, especialmente en las horas de menor radiación solar. Si la planta no tiene agua suficiente, comienza su proceso de adaptación, y si no lo logran, se desplazan lentamente o mutan, hacia condiciones más favorables, y así se produce una redistribución vegetal. Es importante agregar que cualquier especie vegetal puede soportar 40°C o más, si tiene agua; de lo contrario, las hojas mueren por el estrés que les genera tratar de conservar el agua, cerrando sus estomas.
Hay algunas especies arbóreas que son grandes descontaminantes. Una de ellas es la Paulownia tormentosa, conocida también como árbol emperatriz, originaria de China, capaz de capturar alrededor de 25 kg de CO2 por día, lo que redunda en la producción de unos 6 kg de oxígeno.
Aunque en este año está haciendo el calor que estamos viviendo debido a la entrada de masas de aire cálido, es crucial entender la importancia de los árboles, no sólo plantándolos, sino sobre todo, CUIDÁNDOLOS. Son cada vez más frecuentes las penosas noticias locales referidas a árboles destruidos sólo por “diversión”… y esto implica por un lado que ninguna acción de concientización es suficiente (ya que siempre habrá alguien que actúe estúpidamente, creyéndose gracioso), y por otro lado, la necesidad de contar con leyes locales (Ordenanzas) que no sólo sancionen sino que penalicen severamente a los “graciosos” de nuestra comunidad.
El calor nos afecta a todos. Bueno sería que afecte en mayor medida a quienes destruyen la vegetación arbórea…pero los sueños, sueños son. Es menester, entonces, hacernos cargo de formar esa conciencia que respete a los árboles, por el bien de todos. Y eso, SÓLO DEPENDE DE NOSOTROS.
Por Mirian G. LAMAS RIVERO