Las personas con más lunares tienen más riesgo. Cómo prevenir y dónde hacerse chequeos gratuitos.
Sólo el 30% de los encuestados se protege del sol a diario, el 40% no se protege adecuadamente, y más del 60% no renueva el protector como es recomendado. Este y otros relevantes datos fueron difundidos por la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) en la semana de la Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel.
Con el fin de concientizar respecto al control de los lunares, el lema este año es “Podría ser un lunar, o podría ser un aviso”, advirtiendo que hay lesiones que pueden parecer “inofensivas”, aunque en realidad podrían tratarse de signos de alarma.
Esta semana (hasta el 17 de noviembre), habrá jornadas de chequeos gratuitos en los centros de salud de todo el país, con el objetivo de promover la revisión de lunares a través de consultas con especialista en dermatología.
De los chequeos realizados el año pasado, se conoció que en una de cada cuatro personas se halló alguna lesión sospechosa, y la zona del cuerpo en la que el mayor número de hallazgos fueron ubicados fue el tronco.
Cáncer de piel
Los lunares son lesiones benignas presentes en la mayoría de las personas. Su número es variable: pueden ser pocos o muchos, pero un dato es importante: las personas con más presencia de lunares pueden tener mayor probabilidad de desarrollar cáncer de piel.
Según publicó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe en 2020, la radiación solar genera aproximadamente 1.5 millones de cánceres al año, y causa la muerte de 57 mil personas por melanoma a escala mundial por año.
En Argentina, según el informe de gestión de la citada campaña realizada el año pasado, se detecta “una mayor conciencia en la prevención”. Pero todavía es insuficiente. Desde el Ministerio de Salud sostienen que el 53% de los casos del tipo más peligroso de cáncer en nuestro país, el melanoma, pueden ser atribuidos a la exposición a rayos ultravioleta (UV).
“Los tipos más comunes de cáncer de piel son, en orden de frecuencia, el carcinoma basocelular (80% de los casos), que suele aparecer en las áreas más expuestas al sol, crece lentamente y rara vez se propaga a otras partes del cuerpo; el carcinoma espinocelular (12%), que se propaga más rápidamente; y el melanoma (5%), uno de los más agresivos, que se origina en los melanocitos, las células que producen el pigmento de la piel”, explica Graciela Manzur, jefa de la División de Dermatología del Hospital de Clínicas.
“El cáncer de piel es el más frecuente en poblaciones de fototipos bajos (pieles claras). Las personas con tonos de piel más oscuros, cuya concentración y distribución de la melanina les confiere una mayor protección frente a la radiación ultravioleta, son más propensas a sufrir melanoma en áreas que comúnmente no están expuestas al sol, como las palmas de las manos, las plantas de los pies, la ingle y el interior de la boca. También pueden desarrollar melanoma debajo de las uñas”, añade.
Las mujeres se cuidan más
Las cifras que se desprenden de los datos de las personas que participaron en la campaña nacional en 2022 son elocuentes en cuanto al género, y demuestran que las mujeres tienen más conciencia de los riesgos de la exposición al sol, y que los hombres se cuidan menos.
Casi 7 de cada 10 de quienes participaron de los chequeos fueron mujeres. De acuerdo al mismo reporte de la SAD, el porcentaje de mujeres que se protege a diario del sol es significativamente mayor al de hombres, con un 33% versus un 20%.
En la misma dirección, un 20% de hombres dice no cuidarse nunca la piel, mientras que las mujeres que no se cuidan representan un 14,5%. De los hombres encuestados, el 6,6% tuvo cáncer de piel, mientras que, de las mujeres que participaron de la campaña, el 3,9% tuvo la enfermedad.
Desde la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) aclaran que los resultados contienen sesgos porque surgen de una campaña de prevención y no de una encuesta sobre una muestra representativa
Las cifras ofrecen un “pantallazo”. Su validez radica en que se comparan poblaciones similares año a año, compuestas por personas que se acercan voluntariamente durante la semana de la campaña a los centros de atención para chequear su piel.
Autoexamen y otros recaudos
Sin que esto reemplace la consulta anual con el dermatólogo, que es el profesional idóneo para detectar lunares sospechosos, es importante aprender a realizar un autoexamen para conocer el tipo de mancha y estar atentos a los cambios.
Los dermatólogos aconsejan seguir la regla del ABCDE:
A (analizar si son asimétricos),
B (chequear si sus bordes son irregulares),
C (contemplar la coloración, si es variada y si hay cambios de color),
D (prestar atención al diámetro, si son mayores a 6 mm),
E (estudiar su evolución: si crecen o cambian, hay picazón, sangrado o costras)
Otros consejos
1. Aplicar abundante protector solar de amplio espectro (que proteja contra los rayos UVB y UVA) con FPS (factor de protección solar) superior a 30 (dependiendo del tipo de piel). En caso de pieles blancas, que se enrojecen, el FPS recomendado es de 50 o superior. En días nublados o con “resolana” la protección debe ser la misma; los rayos UV llegan igual a nuestra piel.
2. La protección solar debe aplicarse 30 minutos antes de la exposición y ser renovada cada dos horas (o más seguido si hay transpiración excesiva, inmersión en agua, entre otras cuestiones).
3. Usar prendas de vestir que cubran zonas expuestas, en especial áreas más sensibles, las piernas, los brazos, la zona del pecho y sombreros o gorros para proteger el cuero cabelludo.
4. Evitar, en lo posible, la exposición solar entre 10 de la mañana y 4 de la tarde, cuando los rayos ultravioletas son más intensos.
5. Controlar lunares o posibles lesiones en la piel o lesiones nuevas que se hayan modificado, que hayan crecido, cambiado de color y/o que no se curen con el paso del tiempo.
Dudas frecuentes
Especialistas del Hospital de Clínicas, que esta semana estarán realizando chequeos abiertos a la comunidad, despejan mitos y verdades sobre la exposición solar:
¿Las sombrillas ofrecen buena protección?
“No, no todas están confeccionadas con la misma tela en cuanto a grosor, tramado y color. Cuanto más delgada sea la tela y sus fibras se encuentren más separadas, mayor será la cantidad de rayos que la atraviesen”, advierten.
Los sombreros y las gorras proporcionan una buena pantalla física de fotoprotección para el rostro y el cuello. En este caso, los materiales, y sobre todo la anchura del ala, influyen en su capacidad fotoprotectora..
¿La piel morena está más protegida?
“No, las pieles oscuras no escapan a las recomendaciones de fotoprotección, deben cumplir los mismos cuidados que las pieles claras”, afirman.
¿El cielo nublado nos protege de las radiaciones UV?
“No, los rayos UVA y UVB llegan a la superficie terrestre sin importar la cantidad de nubes en el cielo. En días nublados deben mantenerse los mismos cuidados físicos y las medidas de fotoprotección”, alertan.
¿Protegen las sombras , los árboles y los vidrios de las radiaciones?
La exposición indirecta causa los mismos efectos nocivos, ya que los rayos UV se reflejan en distintas superficies como la nieve, que refleja aproximadamente un 85% de la luz que le llega, y el agua o la arena, que reflejan un 20%.
Por ende, las sombras y los árboles pueden reducir la radiación UV directa pero no la indirecta. En cuanto a los vidrios de las ventanas, se sabe que filtran las radiaciones UVB pero no las UVA, que son las que tienen mayor longitud de onda y por eso penetran más las superficies.
¿Se debe utilizar protección también en la montaña?
Quemaduras solares aumenta con la altura, por lo tanto deben cumplirse las mismas medidas aumentando la frecuencia de recolocación del fotoprotector.