Aguas del Norte, la empresa encargada del suministro de agua y saneamiento en la provincia, apelará la última resolución emitida por la jueza María Victoria Mosmann.
La medida, que exige el cierre de la planta de tratamiento, podría tener consecuencias devastadoras para la infraestructura de cloacas y las redes colectoras de Salta, afectando a unos 700,000 vecinos de la ciudad.
La jueza ordenó a Aguas del Norte dejar de volcar líquidos en el río Arenales hasta que puedan ser tratados al 100%. Sin embargo, la empresa argumenta que cumplir con esta condición es imposible debido al estado actual de la Planta Depuradora Sur, cuya ampliación está paralizada por medidas del Gobierno nacional.
Además, la jueza solicitó a la empresa presentar un plan de acción para reducir los efectos de los vuelcos. Aunque Aguas del Norte cumplió con esta solicitud, la jueza insiste en que la planta debe dejar de volcar líquidos, lo que implicaría cerrar su ingreso. Esto, según la empresa, es físicamente imposible, ya que la planta no fue diseñada para retener líquidos.
Si se cumple la orden judicial, las consecuencias serían un grave riesgo sanitario para la población, con el colapso de las cloacas en las calles de la ciudad.
Ignacio Jarsún, presidente del Directorio de Aguas del Norte, expresó su preocupación por la situación y consideró que la Justicia debe considerar las implicancias prácticas de sus decisiones.