En el corazón de los Valles Calchquíes, la empresa marcó una era, conectando no solo destinos sino también vidas.
Fundada por la familia Domingo en una época donde los viajes eran más que un simple traslado, El Indio se convirtió en un símbolo de conexión entre la capital salteña y Cafayate, Angastaco, San Carlos, Santa María y Belén en Catamarca.
Los colectivos de ‘El Indio’, con sus colores y su inconfundible logo, eran una vista familiar en las calles de Salta y en la antigua terminal, así como en la central de colectivos de Cafayate, ubicada estratégicamente en la calle Belgrano, a pocos pasos de la plaza principal. Estas imágenes, ahora parte del recuerdo colectivo, evocan tiempos de un servicio que fue esencial para el desarrollo y la integración regional.
Aunque los tiempos han cambiado y actualmente ‘El Indio’ recorre estas rutas de manera reducida, su legado permanece en la memoria de aquellos que vivieron su época dorada y en las historias que aún se cuentan sobre sus viajes a través de los Valles Calchaquíes.
La historia de ‘El Indio’ es un reflejo de la evolución del transporte en la región y un recordatorio de cómo las empresas de transporte han sido y siguen siendo vitales para la vida cotidiana y la cohesión de las comunidades en el vasto territorio argentino.
Historia del Transporte en Cafayate
El medio de movilidad por excelencia en Cafayate del siglo XIX eran: primero los caballos y las mulas, luego se fueron incorporando de manera paulatina las diligencias, carros, sulkis y tílburis, sobre todo cuando se tenía que recorrer largas distancias.
En el siglo XX se incorporó el coche motor (que llegaba hasta Alemania), las mensajerías (como las de los hnos. Chavarría, la de Pedro de Mendoza y las de Melchor Herrero) y los primeros vehículos particulares. El primer auto que llegó a Cafayate fue el de Martin Michel Torino… cuando lo vimos hubo un amontonamiento porque éramos curiosos.
Toda la gente se reunía y no dejaba bajar del vehículo… estaba empapelado entero y tenía un plástico por encima. Don Michel traía una persona que se quedaba quince días en la finca para enseñarle a manejar. La gente se le ponía adelante cuando iba manejando, y Don Martín “piteaba” para no aplastar a la gente…. (Manuela Pasayo).
Debido a que en esa época no existía surtidor, desde Salta un señor de apellido Inga traía el combustible en un camión cisterna, que sólo llegaba hasta Alemania y a veces tardaba semanas. Hasta que los vehículos comenzaron a ser más frecuentes en Cafayate y la familia Román puso un surtidor.
Capítulo aparte tenían las Bicicletas las cuales eran patentadas en el municipio, era común a mediados del siglo XX ver un sin números de bicicletas por las calles de Cafayate y los choques de bicicletas eran frecuentes debido a la tierra acumulada y la gran pendiente de algunas calles.
Con respecto a las mensajerías. luego de Melchor Herrero, toma la posta del transporte sus hijos Félix y Francisco, quienes pasan a manejar la famosa mensajería de Melchor. En la década de 1960 se asocian para seguir con la empresa de transporte los señores Chávez, Rodó y los Hnos. Martin y Osvaldo Domingo. Estos últimos fundando la empresa “El Indio” para la realización de viajes de Cafayate a Salta y Viceversa, y la línea que iba desde Angastaco hasta Santa María, uniendo de esta manera a gran parte del Valle Calchaquí con el Valle de Lerma.
A propósito del transporte nos comenta don Cacho Royano:
«El trazado de la ruta 68 para la época cuando yo era chofer llegábamos a 370 curvas de Cafayate a Alemanía. Incluso en 3 cruces había que calzar los colectivos para que no se venga cuesta abajo… De Alemania yendo a Talapampa había muchos zanjones sobre la ruta que había que esquivarlos y a veces costaba mucho. Por estas razones el viaje de Cafayate a Salta y de Salta a Cafayate duraba aproximadamente entre 6 y 8 hora.»
«También había transporte que traían mercaderías (las proveedurías como se las conocía por ese entonces), las bodegas tenían sus camiones, también había en el pueblo los que tenían camiones como el de don rueda, don Jorge y los Sing
«El transporte de Cafayate a San Carlos se hacía en camionetas, estaban las camionetas de don José Rivero (Atatanca) y Benjamín Sánchez».
En la década de 1970 con la consolidación de la ruta nacional 68 y la construcción de los puentes del Chuscha y el Lorohuasi, la llegada de vehículos y contingentes de turistas se hizo mucho más frecuente.
La importancia histórica del transporte en Cafayate ha sido esencial para su desarrollo y crecimiento. Pero sobre todas las cosas el transporte ha jugado un papel vital en las conectividades, las migraciones, las culturas y la definición de las identidades locales del pueblo.
“En el telar del tiempo, la historia se teje, hilos del pasado, hilos de memoria, momentos que florecen y brotan en el presente, tejiendo la trama de lo que somos y acontece”